REFLEXIONES: Espejo, vanidad y orgullo
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Hola, amigos, ¿qué tal? Las primeras formas de espejos conocidas no eran más que vasijas en las que se recogía agua y en las condiciones adecuadas, se observaba el reflejo.
Los primeros espejos que existieron, generalmente se les atribuye a pequeños grupos que habitaban las zonas de lo que hoy es Turquía y datan del año 6000 a.C.
A partir de ahí ha sido mucha la evolución del espejo y la utilidad que se le ha dado en la humanidad.
Pero Víctor Martínez ha querido basar su reflexión de hoy en un instrumento que si bien es cierto ha sido de gran utilidad, en ocasiones se ha convertido en el mayor promotor de la vanidad en los seres humanos.
Desde Narciso (mitología griega) con su apariencia bella, hermosa y llamativa, que engreído se enamoró de su propia imagen reflejada en una fuente, en una contemplación absorta, incapaz de separarse de su propia imagen, acabó arrojándose a las aguas.
Todo esto ha dado origen, incluso, en el mundo de la psicología a la Personalidad Narcisista, aquella que en algún punto de su emotividad quedo sin desarrollarse, por problemas de abandono, rechazo o frialdad en el trato durante la niñez.
Si bien es cierto que debemos amarnos, querernos, cuidarnos primero a nosotros mismos, para poder dar amor y tener una buena autoestima, no es menos cierto que el sentirnos mejores y más bellos que los demás, alimentando la vanidad y el orgullo es improcedente.
Seamos humildes, pues ante los ojos de Dios, todos somos iguales.
Hasta la próxima.
