Concierto para un despertar

Por Augusto Álvarez
La vida está preñada de colores y hasta de sueños, que nos dejan entrever un hermoso despertar y poder cantar, gritar y escuchar.
Así interpretamos la bofetada que propinó la población concentrada en Plaza de la Bandera, a quienes se autoconsideran dueños por herencia del Estado.
En orden, sólo escuchando la música improvisada de los cacerolazos y esperando que Lloviera Café, y llovió justo en la voz del gigante Juan Luis Guerra, quien en compañía de otros artistas, sintonizaron con el público concentrado en Plaza de las Banderas.
Voces, canciones, ocurrencias de la vida diaria, constituyeron el clamor en coro de un pedido que más allá de nuestras fronteras, un conejo escuchó y se solidarizó.
Ofertas para asistir, donde asuntos de interés se suelen omitir, fueron de los casos verificados en ocasión del Trabucazo 2020.
Desde las alturas, según se dejó entrever, la corrupción y la inseguridad siguen siendo vistas como percepción de la oposición, de ahí que el árbol no requiera ningún remeneón.
Casos gruesos de corrupción duermen en los tribunales, y por esos también se escucharon los cantores al compás de los vítores.
Con fuerza, gritaron su oposición a que los investigadores sigan designando comisiones que desaparecen, sin investigar, sin antes dejar de exonerar a potenciales implicados en algún que otro delito.