Despliegue policiaco-militar alarmó habitantes de Miches

Por Augusto Álvarez
El poblado de Miches se paró en dos patas, para oponerse a que deportados de Estados Unidos, fueran instalados en ese municipio.
En cierto modo, los lugareños no tenían idea del estado de salud del cargamento humano, aunque el despliegue policiaco-militar reforzado con unidades de Salud Pública, le prendió el bombillito.
Ningún aviso explicativo condicionó a los munícipes, indicándole que eran deportados por haber cometido delitos en Estados Unidos, y no victimas o sospechosos de haber sido contagiados con el COVID-19.
Las autoridades sanitarias y policiales, con la ayuda de políticos locales, quisieron dar un » palo asecho» a la población, depositando en el paraje Los Cuatro Caminos, a los deportados por delitos, que realmente no eran víctimas del letal virus.
Tras la protesta, la Policía Nacional reforzó la presencia de sus agentes, con personal exógeno, lo que fortaleció la creencia de que los recién llegados eran portadores o sospechosos de estar contagiados con el coronavirus.
El aparataje fue lo que estremeció a los habitantes de este municipio, que tuvieron a punto de iniciar protestas violentas, pero la intervención de políticos opositores bajó los ánimos.
Habitantes de Miches se quejaron de que tanto el alcalde municipal como el director provincial de Salud “engañaron” al pueblo, diciendo que el lugar sería acondicionado para aislar a posibles contagiados de esa zona turísticas.
Advirtieron que, bajo ninguna condición, aceptarán en la zona personas contagiadas por COVID-19, cuando en Miches no hay ni siquiera un sospechoso.
Algunos ciudadanos dijeron que las autoridades, con su inesperado y violento despliegue, fueron quienes irritaron a la población, violentando el toque de queda y actuando protegido por la oscuridad.