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Somos un cementerio sin cruces

Después de la segunda guerra mundial, Mario Puzo escribió La Arena Sucia, una especie de visión de Europa y parte de Asia, al término del conflicto.

Ahora bien, al momento en el que el laureado autor del Padrino dio rienda suerte a su retrato visual de grandes naciones golpeadas por el hambre y muertos sin sepulturas ¿qué nos regalo la tecnología?

Ahora, unidos escribimos el punto intermedio de la tercera gran guerra, añorando el tronar de bombas y metrallas, y sin nada que nos proteja del fantasma exterminador,  bautizado como coronavirus o COVID-19.

Estar en casa es el mejor resguardo, el mejor chaleco protector, hasta la aparición del nacimiento del antídoto capaz de ponerle un hasta aquí al coronavirus.

¿Cuántos quedaron sembrados en campos y ciudades durante la segunda guerra mundial? ¿Cuántos se ha llevado en sus garras el coronavirus?

Ahí están las cifras, unas maquilladas y otra no tanto, mientras la muerte silenciosa sigue su desplazamiento mortal.

El resguardase en el hogar, es el salvoconducto por excelencia, por COVID-19, prefiere chocar a cuando encuentre en su carrera y seguir la marcha.

 

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