REFLEXIONES: Verte desde la distancia
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Las personas mientras más maduras, más conservamos nuestras tradiciones, nuestros valores y somos más apegados a nuestros principios.
Es por eso por lo que extrañamos las reuniones para saborear las habichuelas con dulce de la cuaresma, jugar canasta, dominó, compartiendo licores, sonriendo y divirtiéndonos para sentirnos felices.
Visitar al que está enfermo y jamás faltará la asistencia fiel a las funerarias a dar el último adiós a los amigos o acompañar al amigo afligido.
Una de las cosas que más he extrañado y más me ha dolido de esta cuarentena, es no poder estar al lado de quienes sufren por enfermedad o por la partida de algún ser querido.
A Víctor Martínez, como a muchos otros solo le queda elevar sus oraciones al Santísimo y unirse en alma y corazón a quienes derraman sus lágrimas en medio de la soledad, mientras ven llegar la muerte en sus camas y a quienes se han visto en la necesidad de despedir a sus seres queridos sin el abrazo sincero y las palabras de aliento de quienes los queremos. Duele verlos desde la distancia.
Solo me queda leer en 1 Tesalonicenses 4: “El Señor descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.”
Hasta la próxima.