REFLEXIONES: Padres e hijos
Hola, amigos, ¿qué tal? Los padres traen sus hijos al mundo y se desviven por alimentarlos y cuidarlos para que crezcan sanos y fuertes.
Muchos padres se dedican con esmero a cultivar la espiritualidad de sus hijos, invierten lo que no tienen en su educación, le compran todo lo que necesitan y si tienen que dejar de comer para complacer a sus hijos, así lo hacen.
Le damos amor, los abrazamos y besamos, los acariciamos, los mimamos y aunque crezcan, siempre seguirán siendo nuestros niños queridos.
Muchos padres quedan en la ruina, invirtiendo en sus hijos, pero con la satisfacción de que serán profesionales y podrán vivir felices y realizados.
Cuando nos ponemos viejitos, no esperemos jamás que nuestros hijos dejarán de comer para que nosotros comamos, que nos acariciarán y nos devolverán parte del amor que le dimos, que nos acogerán en sus hogares, y no porque sean malos, sencillamente son hijos.
Víctor Martínez sabe que no todos son iguales y que hay hijos muy fieles, agradecidos, muy buenos, que jamás pierden de vista lo que sus padres sembraron en su escala de valores, pero aun así nunca será lo mismo, es ley de vida.
Pidamos hoy al Señor que no nos lleve a tener que depender de nuestros hijos, que no tengamos que pasar por esa prueba de amor, pues podría destrozar nuestros corazones ante la indiferencia de ellos, y es que para nosotros nunca será suficiente.
Hasta la próxima.
