REFLEXIONES: Alumnos que han partido a destiempo

Hola, amigos, ¿qué tal? He tenido la oportunidad de darle soporte a muchos padres que han perdido sus hijos a destiempo, incluso es mucho lo que he tenido que orar por ellos.
Ser un educador como lo fui yo, que asumía a mis muchachos cómo si fueran ovejitas del Señor, enviadas por Él para cumplir en cada uno de ellos una especial misión, asumirlos como si fueran sobrinos queridos, involucrándome con sus padres y familiares para lograr transformarlos y graduarlos de bachiller, sin importar sus deficiencias, limitaciones o problemas, es algo que jamás podré olvidar.
Pero lo que deseo comentar hoy es el dolor que siento cuando me entero de la partida a destiempo de alguno de mis alumnos queridos, pues uno siempre piensa que ellos nunca se nos van a ir primero.
A la gran mayoría los he perdido de vista, los recuerdo sí, sobre todo cuando me pongo a buscar entre papeles, fotos, videos y documentos, todo es historia.
En este mes dos de mis alumnas han partido al Reino de los Cielos, chicas brillantes, ejemplares, educadas, ¡cuánto dolor se siente!, por no haber estado a su lado dándole apoyo espiritual en el momento de la partida, por no haberme enterado a tiempo de sus quebrantos para pedir al Todopoderoso una oportunidad.
Hoy en medio de esta crisis mundial que nos tiene aislado a los mayorcitos ni siquiera podemos hacer acto de presencia para darle el último adiós a los seres queridos y abrazar el dolor de sus familiares.
Víctor Martinez debe conformarse con enjugar sus lágrimas en el silencio y elevar mis oraciones al Santísimo para que Nelly Jenny Melgarejo y Daniela Vélez descansen en paz en los brazos del Señor, y sus familiares logren el consuelo que tanto necesitan.
Dios bendiga donde quiera que se encuentren a los miles de estudiantes que pasaron por mis manos durante tantos años y proteja a sus parejas y a sus hijos.
Hasta la próxima.