REFLEXIONES: Una mañana increíble
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? En nuestro seminario de motivación espiritual para adultos mayores, reunimos a once adultos mayores, envejecientes, viejitos, abuelitos o como quieran llamarles, pues a ellos sí que no les importa.
Que maravillosa mañana pasamos, llegaron inseguros, confundidos, temerosos, con innumerables interrogantes, se fueron felices, después de tanto reír, compartir, disfrutar, recordar, charlar.
Definitivamente que a los ancianos hay que ponerles atención, escuchar los testimonios de vida de esas seis damas y cinco caballeros, hace que aprendamos a valorar la vida.
¡Cuánto sufren en silencio los ancianos!, al sentirse menospreciados, olvidados, ignorados. Vivir esta experiencia con ellos fue un gran aprendizaje para Víctor Martínez.
Salieron motivados a continuar viviendo con alegría, fortalecidos espiritualmente y deseosos de que sigamos congregándolos para diversas actividades.
Decía uno de ellos: “Qué pena que aprendí tan tarde a relajarme y controlar el estrés y mis emociones, gracias por esta este maravilloso encuentro”.
Decía una de las damitas: “Yo veía la vejez tan ingrata, a partir de hoy nada, ni nadie me margina, no más deprimirme, tengo 85 y sé que podrían quedarme unos años más para disfrutar mi vida, gracias por enseñarnos a vivir y a entender que no hemos terminado”.
Felicito a los hijos que se preocuparon por esos abuelitos y los trajeron a vivir una experiencia nueva y diferente, eso es ser agradecidos, ponerles atención a los viejos y proveerles momentos de felicidad.
Allí se derramó el Espíritu Santo y se rejuvenecieron física, mental y espiritualmente.
Invito a quienes se lo perdieron a traer a sus padres o abuelos al próximo Seminario de Motivación Espiritual para Adultos Mayores.
Hasta la próxima.