RD ¿Escuela de bailarines?

Asombro total, tras conocerse la posición de la diplomacia dominicana, al oponerse a la reelección de Nicolás Maduro.
En el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), rechazamos, al igual que otras 19 naciones, apoyar la nueva gestión de un Chávez sin Chávez, y sostenedor nuestro durante la crisis de los hidrocarburos.
Por cierto, de forma clandestina el embajador dominicano en Caracas estuvo en la ceremonia, implica, quiérase o no, una doble moral.
Nada debe de extrañar, menos ahora en que somos una especie de danzarines entre la administración Norteamericana y una China, que ahora es como los espaguetis, que crecen y crecen, al margen de los esfuerzos del Águila.
Bailando en torno a quien dirija la orquesta, es tan normal como cambiar de chaqueta recién concluye un proceso o hacia donde soplen los vientos de la corrupción y la garantía de impunidad.
No se trata de una acción aislada de nuestra diplomacia, bailar dejándose ver donde el capitán Águila pueda verle, tal y como hacen los legisladores y otros servidores públicos.
Ellos dos
Marino Collante, un reformista que baila, ignorando cómo golpeaba el doctor Balaguer a quienes se atrevían aspirar, aunque tanto él como Víctor Gómez Casanova, nada tienen que perder, salvó tener el favor del pueblo.
Collante debería tratar de mejorar las condiciones de vida de los servidores bajo su Dirección, al igual que Gómez Casanova, antes de estar coqueteando con la reelección, pues de ahí se irán a la casa con los ahorros.