Burocracia, trabas y la gran estafa de las pensiones del IDSS
¡Cómo me dan pena los abandonados!
Por Claudia Fernández
Parafraseando al poeta hispano-mexicano Julio Sesto y su inolvidable poema Las Abandonadas, cuánta pena y vergüenza da ver a cientos de envejecientes aglomerados en el estrecho lugar del amplÃsimo local del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), tratando de obtener información, unos; otros, indagando el estado en que se encuentra su diligencia, y la mayorÃa, esperando a que alguien los atienda para los informes necesarios de su pensión.
Estas personas, que trabajaron duramente buena parte de sus vidas, cotizando mensual, semanal o quincenalmente parte de sus salarios al Estado a través de esta ¿institución? Se mantienen en un permanente estado de zozobra, luego del anuncio de que desaparecerá la entidad pública.
Pero lo peor del caso es que estas personas son confundidas, manipuladas y a veces maltratadas de palabra, cuando reclaman, ya agotada su paciencia, respuesta a sus interrogantes.
El Instituto Dominicano de Seguros Sociales, se ha convertido en el elefante blanco de la administración pública, ya que como lo indican sus siglas es Inoperante, Desfalcador, Sustentador de estafas y por sobre todo Socialmente inseguro -IDSS-. ¡Cómo me dan pena los abandonados que esperan llorando pensión, mientras unos consiguen millones sin que nadie sepa de donde salió!
