Una foto, por si acaso, para la historia

Por Augusto Álvarez
Es entendible que detrás de un residencial de «beneficiarios» del poder, de gente de «primera clase», se esconde un mundo de miseria.
¿Es casual? Podría ser una chepa, aunque siempre, y en algún momento, el dirigente político sentirá la necesidad (en tiempo de campaña) de descender a nivel de electores y hasta tomarse la foto del recuerdo.
Más, ¿recuerdan que un dirigente político y su equipo se fueron a cenar a Los Guandules? Ese mismo compró yaniqueque en la calle.
Don Antonio Guzmán se paró en el Peaje a comer algo, mientras que el Guapo de Gurabo apareció en fotos moviendo una paila, en tanto otros abrazan carajitos en los barrios.
También en la farándula y los deportes, los fanáticos disfrutan tomarse fotos con sus ídolos, y éstos con quienes los contratan, hasta ahí, el peligro no se advierte.
Gobernantes se han tomado fotos con oscuros personajes y….nada, la tormenta no llega hasta la campaña.
Todos desean una foto con una personalidad, con un funcionario o empresario ¿entonces César Emilio Peralta (César El Abusador) era o no una figura de interés para tomarse fotos?