Inseguridad, apagones, accidentes y algo más…
La gente está alarmada con tantos hechos delictivos, reportados desde diferentes puntos del país. La inseguridad cada día es mayor y hay temor hasta de salir a las calles.
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El precandidato del PLD, Gonzalo Castillo, afirma que la delincuencia está disminuyendo en el país. Parece que este señor vive en la luna o desconoce lo que está ocurriendo por doquier. En materia de inseguridad, el gobierno está quemado. No es cuestión de percepción, es una realidad.
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Por cierto, Gonzalo Castillo debe responder a Quique Antún, que reitera por doquier, que cada 10 minutos en República Dominicana ocurre un hecho violento o delictivo.
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Las encuestas revelan que entre los principales problemas del país están la inseguridad, la corrupción y la impunidad.
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Sigue al rojo vivo el show sobre Odebrecht en el país, donde hay vacas sagradas. Es decir, no están todos los que son, ni son todos los que están.
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Por cierto, el cómico quiere que la gente confíe en él. Ese señor, que no vale la pena ni de mencionar su nombre, vive soñando despierto y tiene la callaza de decir que en este país, la gente espera justicia en el caso Odebrecht y que él trabaja para eso. ¡Barbarazo!
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En este país no hay indio. Aquí todo el mundo sabe que el caso Odebrecht es una payasada. Que los principales protagonistas son protegidos y el cómico, ni de relajo, se atreve a tocarlos.
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En el hospital Cabral y Báez, en Santiago, podría ocurrir algo peor que en el Darío Contreras, de Santo Domingo. Pero, no hay nada que temer. Aquí, todos están brindados.
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El jefe de la DIGESETT destacó los logros de ese organismo en su 22 aniversario, pero ni por asombro mencionó la inseguridad en las vías, ni los tapones, que por cierto, cada día son mayores y se extienden por doquier. Tampoco hablo del incremento de muertes por accidentes de tránsito. ¡Mire, General! Deje de hablar plepa, que usted, también se quemó.
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Por cierto, hay un joven, en Samaná, denunciando que vive en zozobra tras haber grabado agentes de la DIGESETT quitándole dinero a un turista.
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Las “paradas” de vehículos públicos, dedicados a transportar pasajeros, aparte de que son violatorias, pues los espacios públicos no son propiedades privadas, se han convertido en un peligro público.
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Los “honorables señores”, dueños de esas “paradas”, por obra y gracia de los ayuntamientos y una cosa que le llaman INTRANT, amenazan con palos, con peñones, con armas de fuego y armas blancas, a cualquier conductor que tenga la osadía, de estacionarse en esos lugares.
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Por cierto, esos “honorables señores”, padres de familia y temidos por las autoridades, se hacen “pipí” en botellas plásticas o en vasos, que dejan tirados por doquier. El hedor en esos lugares, es insoportable.
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Este país, se ¡fuñó! Los apagones se extienden hasta por 20 horas. Desaparecieron la mayoría de los llamados circuitos privilegiados. El agua escasea por doquier. El servicio de internet de ciertas compañía es intermitente, muchos usuarios dice que parece un arbolito navideño. Y esos servicios (agua, luz y teléfono), cada día son más caros.
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De los productos de primera necesidad, ni hablar, cada día están más caros. Por cierto, un botellón de agua cuesta hasta 75 pesos, y líquido no es confiable.
Ojala, los ministros dejen de politiquear, y atiendan sus cartones, porque si esta cuestión sigue como va, el país llorará lágrima de sangre, pero ellos tendrán que tomar las de Villadiego.
