REFLEXIONES: Doña Celeste

AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Doña Celeste es una señora de aproximadamente 80 años, viuda, además carga con la tristeza de haber perdido un hijo a destiempo.
Doña Celeste ha tenido que luchar intensamente con sus sentimientos de tristeza, abandono, desesperación, “perder su único hijo es un dolor que jamás se supera y luego perder a mi viejo después de toda una vida juntos no me ha sido fácil”, esto me expresaba doña Celeste con lágrimas en sus ojos.
Ella asiste a todos mis talleres, actividades, lee siempre mis mensajes y está pendiente a todo lo que le pueda servir para animarse y continuar la vida.
“No es fácil”, me dijo en una ocasión, “pero se puede con la ayuda de Dios”.
Asidua visitante de la Iglesia, pero también del club, juega bingo, se bebe su traguito, si la invitan baila, mostrando siempre una alegría que le brota del corazón.
“Tengo que seguir viva hasta que Dios quiera y quien sabe si me quedan 20 años en este mundo”.
Le insinué que estaba a tiempo para buscar otra pareja, “no, eso no, yo soy mujer de un solo hombre”, me respondió de inmediato y sin pensarlo.
A pesar de las vicisitudes, de la soledad, de las circunstancias que le ha tocado vivir, es una mujer luchadora y feliz.
Víctor Martinez le preguntó qué la sostenía con tantos bríos y entusiasmo, “el amor al prójimo”, me respondió, ella no deja de ayudar, haciendo obras de caridad y cooperando con todo el que la necesite.
Dios bendiga a todas las viudas.
Hasta la próxima.