REFLEXIONES: El secreto

AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Todo ha terminado, se acabaron las Navidades, ya se fue el año, se hicieron los regalos, pasaron las cenas y celebraciones, los olvidados Reyes Magos y hasta una vieja Belén que las nuevas generaciones ni conocen.
Pongamos ahora los pies sobre la tierra, hay que enfrentar lo que venga, continuar viviendo, sacar balance de todo lo que gastamos y no debimos, y asumir el plan que supuestamente elaboramos con las nuevas programaciones y las metas que hemos de alcanzar.
Todos debemos tener un margen de precaución para los imprevistos, un fenómeno natural, una muerte inesperada, una enfermedad encontrada, un trabajo que se pierde, un accidente, la pérdida de un amor, en fin, situaciones que podrían o no suceder.
Lo importante es aprender a programar de manera positiva y con optimismo el día a día, esa buena actitud mental que nos va a ayudar a contrarrestar los males y convertir cada experiencia en un aprendizaje que nos arrojará bienestar, pues para los hijos de Dios no hay mal que por bien no venga.
El secreto está en tener al Padre como centro de nuestras vidas, y al decirle “hágase Señor tu voluntad, aquí en la tierra como en el cielo”, decirlo con fe y con la esperanza puesta en Él, sin perder de vista que la mayoría de las veces los únicos responsables de las cosas negativas que nos suceden somos nosotros mismos, por no acatar su voluntad, por no comportarnos según sus designios.
Víctor Martínez desea que Dios bendiga sus hogares.
Hasta la próxima.