Secuestrar un menor ¿es un delito?

Por Augusto Álvarez
Aún se está a la respuesta de lo que disidirán las autoridades, en el caso del niño impedido de moverse por un vigilante.
Al tratarse de un menor haitiano, la Policía, al ser informada, acudió y liberó al niño, y dejando libre al vigilante que lo esposó por horas y lo amarró en una verja.
¿Recibieron órdenes radiales para dejar en libertad al vigilante privado, sabían que la acción del guardián se especifica como un secuestro?
La compañía, a la cual pertenece el vigilante abusador, dio una disculpa sobre la bochornoso y criminal acción, sin referirse a su despido de inmediato como su empleado. Eso, la convertiría, en cómplice de la acción criminal.
[Sólo en un país donde la impunidad y la inseguridad marchan juntas, como hermanitas, guiadas por su hermana mayor, la corrupción, puede quedarse sin castigo un caso, tan ignominioso, como el del niño haitianito. Incluso, ya es hora de que el presidente Danilo Medina reaccione y agarre el toro por los cuernos.]
Ese delito de impedir la libertad de movimiento a un niño, reclama una firme intervención del Ministerio Público y del director de la Policía Nacional, el primero para iniciar la acción legal, y el segundo para saber en qué academia recibieron los agentes actuantes, en el caso del menor.
Ningún tecnicismo legal, en un régimen de derecho, podría evitar, que la ley se aplique a quien prive de la libertad a un menor.
Sin embargo, al tratarse de un nacional haitiano, el racismo podrá torcer la lógica jurídica y favorecer la vergonzante impunidad.