Ahora los denunciantes son víctimas de persecución


Por Augusto Álvarez
Aquí se ha hecho triza, el dicho relativo a denunciar cualquier crimen y/o delito que se observe. Es decir, que está prohibido hacerlo.
Quien lo haga corre el riego de seguir los pasos de Marino Zapete y ahora del coronel Ramón Guzmán Peralta.
El periodista Marino Zapete se dejó guiar por su olfato de comunicador e interpretó acciones corruptivas como un delito a ser denunciado, hizo lo que entendió correcto, y ahora enfrenta a la ley.
Las pruebas aportadas por Zapete, así como los testigos, fueron irrelevantes, a juicio del magistrado actuante en el caso, que ya ha sido sustituido por otro, que ojalá actúe con sus propios principios.
Al parecer, la única denuncia funcional, aceptada bajo truño, aunque por la presión popular y por no involucrar a políticos, fue la que aportaron los barberos de Villa Vázquez, donde la deshonestidad quedó grabada en cámara.
Investigan Coronel
Al calor de la lucha de las elecciones municipales, el coronel jefe de la seguridad del licenciado Luis Abinader, aspirante presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), habría sido enterado de un ilícito, por un experto electoral, y se lo hizo saber a su protegido.
El técnico de la telefónica Manuel Regalado, habría sostenido una conversación con el coronel Ramón Guzmán Peralta, a quien se implica, pese a que la conversación se efectuó luego de haberse suspendido el proceso de votación.
Guzmán Peralta recibió la información de lo que pasó, estaba pasando y se estaba intentando hacer, e hizo lo correcto, lo informó a su jefe inmediato, que en este caso era Luis Abinader.
Según dijo el técnico, introdujeron una configuración distinta a la aprobada, así se evita que la imagen se refleje en la boleta. Lo que ocurrió.
Como se aprecia, se está persiguiendo a quien denuncia un acto de vandalismo, un ilícito, de ahí la importancia de mantener los ojos bien abiertos, antes, durante y después de las elecciones.
Entidades y expertos electorales estiman que al partido oficial los números no le dan, y tratan de buscarlos en la JCE, por tanto, se debe mantener una vigilancia especial sobre ella.
La investigación del sabotaje en la JCE, que comenzó muy mal, no debe ser hecha por un activista político, como lo es el procurador general de la República, pues los resultados serán peores que las indagatorias del caso Odebrecht. Y, ustedes ven, arrancaron con muy mala espina.
Esa investigación deben hacerla organismos independientes, como la OEA y IFES, con la autorización del Gobierno dominicano, si realmente se busca la transparencia, y con Participación Ciudadana.
De lo contrario, los resultados ya están en la mente del pueblo, caerán los allegados al puntero en las encuestas, Luis Abinader, y posiblemente, algunos seguidores de quien vaticinó lo que podría venir, que llegó, Leonel Fernández… Y eso es peligroso, pues podrían encontrar, lo que no se ha encontrado.



