Huellas de un abril insurrecto

Por Augusto Álvarez
Después de 55 años, los Hombres Ranas presentes en la gran marcha-concentración gritando «e’ pa’ fuera que van».
El maltrato a quienes arriesgan el pellejo, no sólo se da con quienes defendieron la bandera tricolor, sino, además, con los enviados a morir sin saber por qué, en otros lugares.
Con huellas en su cuerpo por lo que definen como maltrato de las autoridades, tanto los ex ranas como los ex combatientes, dicen que si ayer lucharon por las libertades, ahora con las fuerzas que restan en sus cuerpos, continuarán luchando.
Aquellos hombres ranas, educados y formados por especialistas italianos, y que en cierto modo, el régimen de Trujillo adquirió, se adhirieron a la revuela de abril, dándole un mayor fuego y solidez a la lucha patria y ahora, los sobrevivientes, de aquella época, están cruzando el Niágara en bicicleta.
Al calvario de los ex ranas y militares constitucionalistas, la administración del presidente Hipólito Mejía, agregó a soldados que, tras ser enviados a Irak, hoy, arropados por la brutal miseria, ahora se preguntan ¿por qué fuimos elegidos, y al regreso, nada de los prometidos?
Mientras que los militares de la revolución también sobreviven sin explicar cómo, pues ni siquiera boronas reciben.