REFLEXIONES: Bienaventurados sean todos.

AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Dios ha escogido lo que es débil, siempre se identificó a través de Jesucristo con los oprimidos, los que sufren, los pobres prometiéndoles su libertad.
Las Bienaventuranzas resultan desconcertantes y desafiantes. Nos señalan cómo los ricos, los soberbios, los poderosos se sienten autosatisfechos, pues tienen lo que quieren. Pero se encuentran peligrosamente encerrados en sí mismos y en sus cosas materiales.
Sin embargo, toma muy en cuenta a los pobres y a los que sufren, no porque posean poco o nada, o porque sean perseguidos, sino porque los pobres y humildes, los bondadosos y los que lloran, son conscientes de que no tienen nada más que a sí mismos para dar, y por eso son gente que esperan en el Señor, confiados y con esperanzas.
Sin embargo, toma muy en cuenta a los pobres y a los que sufren, no porque posean poco o nada, o porque sean perseguidos, sino porque los pobres y humildes, los bondadosos y los que lloran, son conscientes de que no tienen nada más que a sí mismos para dar, y por eso son gente que esperan en el Señor, confiados y con esperanzas.
Vemos en Sofonía cómo Dios vive entre los pobres y humildes, prometiendo al pueblo su salvación si mantienen esa humildad y tienen total confianza en Él.
Luego en Corintios Dios elige a los humildes y san Pablo les dice que, precisamente por su humildad, están abiertos a Dios y que Cristo es su fortaleza.
Todo esto da origen a las Bienaventuranzas (Mateo) preguntándonos, ¿quiénes son los felices? Si reconocemos la pobreza y el vacío que tenemos en nuestros corazones, sin importar las cosas materiales que tengamos, Dios nos colmará y nos hará felices.
Víctor Martínez te sugiere no hacer como la mayoría de la gente que dice estar a favor de los más débiles, y los abandonan para seguir a los más fuertes.
Hasta la próxima.