REFLEXIONES: Seamos luz
AYÚDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Entiendo que muchos son tan humildes que no les gusta brillar, aun cuando realicen más obras de caridad que muchos que andan sonando.
Sin embargo el Señor nos pide hoy que seamos luz, en Isaías hoy nos envía a compartir el pan con el hambriento, a hospedar a los pobres sin techo, a cubrir al que está desnudo, pero sobre todo a no desentendernos de los nuestros, pues la caridad siempre debe empezar por casa.
Al saciar el alma afligida, entonces surgirá tu luz como la aurora. Nos lo recuerda de nuevo en el salmo 111: “el que es justo, clemente y compasivo, brilla en las tinieblas como una luz”.
Pero debemos entender como nos dice en san Pablo que esa luz no es nuestra, es la luz del Padre que se glorifica a través de nuestras obras, con el poder del Espíritu, el poder de Dios, que es el que se manifiesta.
Nosotros pues como nos dice en san Mateo somos la luz del mundo, y tenemos que brillar haciendo ver nuestras buenas obras, para así glorificar al Señor, salando la tierra, o sea llevando amor, ánimo, entusiasmo, buen ejemplo y contagiando a los demás para que se decidan a servir y ayudar al Padre en la salvación de la humanidad.
Víctor Martínez te invita a unirnos para ayudar cada día a más personas y colaborar con la transformación del mundo, recuerda que la unión hace la fuerza.
Hasta la próxima.
