REFLEXIONES: Coronavirus espiritual

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos ¿qué tal? Siempre he dicho que no dejare de saludar con mucho amor a quienes me rodean y me muestran aprecio, estrechar la mano amiga, sanar heridas con un fuerte abrazo, acariciar a quien lo necesita, sobre todo nuestros niños que necesitan mucho amor para crecer sanos y equilibrados, sonreír, besar, mostrar el amor de Dios a través de uno, es algo que aprendí desde joven y no dejaré de hacer.
Estoy muy preocupado porque con todo esto del coronavirus vamos conformando una sociedad de robots donde andaremos forrados y dizque saludándonos con los pies, los codos, de lejitos y ya ni en la Iglesia podemos compartir con los hermanos un abrazo de paz, pobre de nuestros niños y jóvenes que crecen temiendo a los demás, de lejitos, más indiferentes y meticulosos que nunca, ¿qué será de ellos cuando crezcan?
Tendremos una generación de personas secas, que ni amor se darán, pues no aprendieron ni siquiera a saludar con afecto a los demás, a compartir con los enfermos, envejecientes, niños marginados…
Víctor Martínez piensa que como las cosas sigan así estaremos dejando a Jesús solo en su misión de rescatar y transformar con amor al prójimo.
No permitamos que el coronavirus espiritual nos enferme, pues ese sí es un virus con consecuencias funestas, demos amor, compartamos amor, recibamos amor y recordemos que somos fuentes de energía, la cual a través de nuestras manos podemos usar hasta para sanar.
Hasta la próxima.



