REFLEXIONES: Estilo de vida diferente
Hola, amigos, ¿qué tal? Semanas atrás compartíamos un buen vino, asistíamos a diversas actividades sociales, viajábamos, comprábamos, llevábamos una vida activa, entre amigos, sonrisas, bailes, fines de semana, vivíamos muy despejados sin imaginarnos como estaríamos hoy.
Otros compartían una fría, también asistían a las actividades de sus barrios, viajaban de pueblo en pueblo, tal vez en giras para las playas, también sin pensar que hoy estaríamos así.
Nuestros hijos exigían, queriendo salir, compartir con sus amigos, comprar cosas por amazon, en la tienda de la esquina, y muy creídos de que tenían todos los derechos a ser complacidos.
Mujeres que tenían que ir al salón todas las semanas, eso era obligatorio, hombres que, sin sus misteriosas salidas nocturnas o diurnas, que importa, no podían vivir.
La vida nos imponía un estilo social, indispensable para ser feliz.
Es más, doña Isabel me decía que su Iglesia no se la quitaba nadie y que le gustara o no al viejo, ella tenía que ir todos los días, porque Dios estaba primero, lo mismo me decían algunos con sus reuniones de comunidad gustara o no a su pareja.
Víctor Martínez da gracias a Dios por permitirnos librar esta nueva batalla, ha quedado demostrado que con vanidad no se vive, que no hay que estar comprando siempre, que no se puede derrochar el dinero, ni ser indiferente con los más necesitados, que el mejor lugar para compartir y tomarse el trago es en casa y que Dios está en todas partes, no solo en los templos.
Hasta la próxima.