Se cerró la alcancía humana

Por Augusto Álvarez
El coronavirus luchó en pareja contra el reloj biológico, y este último perdió la batalla, pues se produjo el deceso de la alcancía del tiempo.
Se trata de la muerte por coronavirus de Angelina Cordero, la anciana de 103 primaveras, quien al experimentar una brevísima mejoría en su gravedad, el ministro de Salud Pública reveló que había superado la pandemia y fue dada de alta.
De prolongar su estadía por más tiempo, en el hospital Ricardo Limardo, en Puerto Plata, quizás Angelina Cordero estaría aquí, entre nosotros.
El doctor Rafael Sánchez Cárdenas observó una ligerísima recuperación en la anciana con la pandemia, y no calculó que si un infante de 3 años se fractura un brazo, antes de 2 meses está nuevo, pero un adulto todavía al año, no está bien.
¿Se buscó hacer política con la ¡recuperación! de esa alcancía de vida de Puerto Plata, anunciando que a sus 103 años había salido airosa en su lucha contra el COVID-19? Eso es lo que parece.
La señora Angelina Cordero, antes de que el coronavirus le quitara la vida, bien pudo ser, por la edad, un referente histórico para todo, más allá de la frontera provincial
Con ella, el coronavirus se llevó una página en la cual muchos habríamos podido consultar parte de nuestra historia.