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Tras la muerte de Peña Gómez se desbordó la corrupción

Por Augusto Álvarez

Ahí está la historia  de las grandes figuras con poder de masas y creer en sus prédicas.

No sabemos de acciones corruptas atribuidas al doctor José Francisco Peña Gómez, gran conductor del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien emprendió viaje en un día como hoy.

¡Oh, qué diferencia con quienes proclamaban «lo que diga Peña, eso es lo que va”!

Tras la muerte del doctor José Francisco Peña Gómez, así como con la del profesor Juan Bosch, se desbordó la delincuencia que se ocultaba en quienes ahora están entre las principales figuras del poder político-económico.

Tanto en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), así como en el de la Liberación Dominicana (PLD), tras desaparecer sus líderes, la ambición contenida en los dirigentes que asumieron la conducción, en la casi totalidad de los casos, desembocó en la pendiente de la corrupción.

La honestidad, en el partido del jacho, quizás esté en la cabeza de quién nunca pasó por una fusión pública, mientras que en el PLD, ahí cualquiera hasta con el rabo aruña.

Qué visión tuvo el que una vez se atrevió a escribir «se busca un hombre honesto». Se ignora, para qué momento lo buscaba.

Es probable que quienes recuerden al líder del PRD, y hasta los discípulos del profesor Bosch, nos digan si se consideran honrosos de haber estado juntos a ellos y qué asimilaron de sus enseñanzas.

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