Don Antonio Guzmán, un ejemplo a seguir
Por Augusto Álvarez
En las primeras horas en que asumió el mando el presidente Antonio Guzmán, se pudo observar que no sería un pelele.
Básicamente, al hacer los primeros cambios en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
El énfasis de Pedro Pérez Vargas al dar a conocer cada decreto de «mano de piedra», constituyó un canto al futuro.
Un engreído cacique de uniforme que creyó ser la autoridad, desde la provincia Valverde, Mao, otro que solía imperar en San Francisco de Macorís, e igual que un disminuido oficial militar, apenas tuvieron tiempo de saber que ya la pava había cambiado de nido.
De las actuantes figuras y figurines ¿ninguna recuerda hasta dónde se extiende el poder de un presidente que decida calzarse la vieja bota que utilizó don Antonio Guzmán?
Por ahora, las encuestas están provocando problemas al sistema nervioso y hasta estomacal, a juzgar por la venta de anti-diarreicos. Sin embargo, será el día 5 de julio cuando callarán las encuestas y se exprese la población, tal y como sucedió en 1978, con la victoria del «Presidente Agricultor».
Desde la época del presidente Guzmán a nuestros días, la lluvia arrastraron parte de la honestidad, y ha florecido un extraño árbol que ha dado frutos corruptos, que han crecidos al calor de la impunidad.
¿Se podrá tumbar ese árbol o en cambio, bastará con cortarle las ramas más afectadas por la plaga?
