REFLEXIONES: Consecuencias del encerramiento
Hola, amigos, ¿qué tal? Cuando era niño recuerdo que en mi casa había un perro que siempre estaba encadenado, cuando lo soltaban salía como un desaforado, desordenado y loco, se llevaba a todo el mundo de encuentro y no paraba de correr al irse para la calle.
Es el típico comportamiento de todo ser humano que al estar encerrado por mucho tiempo se tira a la calle queriéndose llevar a todos de encuentro. Observar al pueblo reincorporándose a las actividades, después de la cuarentena, da grima, pues pareciera que estamos en un campo de batalla.
Ahora nos vamos al otro extremo, están los que han quedado tan traumatizados, que temen salir a la calle, les empieza a subir algo cuando están rodeados de gente y el temor los arruina.
Dos comportamientos estresantes, llenos de ansiedad y dignos de ser atendidos. Esto es parte de lo que nos ha dejado esta gran crisis.
Niños, adolescentes, adultos y envejecientes, todos afectados de diferentes maneras y sin estar listos para enfrentar un nuevo estilo de vida tedioso y largo; roguemos a Dios que no haya un brote viral que nos haga retroceder, pues ahí sí que las cosas empeorarán psicológica y emocionalmente para muchos.
Víctor Martínez recomienda ser precavidos con las medidas de seguridad e higiene, además de cuidar su psiquis, dormir bien, controlar el estrés, manejarse con cuidado y paciencia.
Vamos a cultivar nuestra espiritualidad y a buscar las ayudas psicológicas necesarias para toda la familia, pues tenemos que volver a la normalidad. Bendiciones.
Hasta la próxima.