Bendecido sea el señor conductor

Por Augusto Álvarez
El destape de los sueldos en el Departamento de Comunicaciones de la Presidencia, no tiene desperdicio.
E incluso, en recordación de los viejos tiempo en los cuales la lucha por el medio millón de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se convirtió en historia, el estudio se imponía como una necesidad para poder obtener un salario decente.
¿Cuál es el salario real de un ingeniero, de un general, de un profesor (que no sea Radhamés Camacho) y otros profesionales, sin incentivos o especialismo?
El desmonte de salarios ¡especiales! en la oficina del señor Roberto Rodríguez Marchena, ya se visualiza, y aunque parezca extraño que un chofer reciba una paga de 70 mil pesos, ver a un profesional con especialidad, con un sueldo que bordea los 30 mil por mes, provoca malestar.
Naturalmente, más que enfatizar la defensa del patrimonio del Estado, algunos funcionarios premian la militancia política e invierten en bocina.
Cualquier funcionario con rango de ministro o director, suponemos que el protocolo requiere de un chofer, pero ¿con un salario mayor a de un general?
Si eso no es corrupción administrativa, póngale usted el apellido.