El CEA, años de corrupción y muertes

Por Augusto Álvarez
El regreso del doctor Joaquín Balaguer, a la presidencia en 1966, alumbró un organismo para dar luz a la industria azucarera.
En momento en que la corrupción se apodera del naciente emporio, las irregularidades en pequeñas escalas siguieron escalando.
Apropiación de terrenos estatales pasaron a manos particulares, desde los primeros años de su creación.
Una investigación seria a urbanizaciones, no será tan seria, si no muestra la firma alterada de una propiedad que en realidad, nunca se vendió.
Tras el desmantelamiento de los ingenios estatales, es decir, luego de decretar la muerte de la industria azucarera ¿para qué un director del CEA?
Simplemente, para garantizar el tremendismo, como el sonado caso de Los Tres Brazos, donde se vendió a todo un sector, sin que nada ocurriera.
Sin una ley de consecuencia, ningún culpable fue a prisión.
En San Pedro de Macorís corrió la sangre por causa de la corrupción en el CEA, pero no se hizo.
Entonces en el tradicional bastión de la industria azucarera, la muerte entró de manera apresurada a una emisora, y tras su salida dejó dos cadáveres, dando a entender, por aquí pasó la corrupción.
¡Y nada…!