Chile sobrevivió al sangriento septiembre 11

Por Augusto Álvarez
Difícil resulta para el pueblo chileno y para los amantes de la libertad, recordar el Palacio de La Moneda y el estadio de Santiago, sembrado de cadáveres.
Era un trágico septiembre 11, como hoy, pero de 1973, el fuego asesino de los carabineros y los militares tumbaron al presidente Salvador Allende, llenando de sangre y muerte, a la casa de gobierno y el estadio de fútbol de Santiago.
Los artistas en Chile pagaron un alto precio, en especial, aquellos asesinados por los hombres del general Augusto Pinochet.
En la noche de los generales, estos, buenos conocedores de la cultura, se movieron hasta Isla Negra, únicamente para incendiar la biblioteca del inmenso Pablo Neruda.
En su cacería, los golpistas chilenos, también se adentraron en la capital federal de Estados Unidos, Washington, donde asesinaron a un tribuno de la diplomacia del asesinado presidente Allende.
El movimiento de la nueva tropa, fue prácticamente extinguido, y a qué precio. ¿Cuáles razones justificaron el derramamiento de sangre y la muerte en Chile?
El presidente Salvador Allende, a escasos minutos de morir, gritó: «Más temprano que tarde se abrirán las alamedas».