Bolivia, sepultó la traición

Por Augusto Álvarez
El pueblo boliviano sacó de la presidencia a Jeannine Añez, una criatura política que nació entre gorilas, fruto de un parto realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras fuerzas del mal.
Con el regreso al poder del Movimiento al Socialismo y el electo presidente, el economista Luis Arce, la saliente e interna presidenta ilegal, no solo se retira de la actividad política, sino, además, que ya tiene un lugar privilegiado en la necrópolis.
La transformación multilateral de la sociedad boliviana, y en especial, la abolición del analfabestimo, fue posible, gracias al derrocado presidente Evo Morales, y quien fuera su estratega en el plano económico, y ahora jefe de Estado, Luis Arce.
Los pueblos pueden tardar, pero no olvidan, y menos el saqueo de sus riquezas, la corrupción, vístase como se vista, así debe observarse a la aplastada por el voto del pueblo contra Jeannine Añez y su cuadrilla de gorilas.
La saliente y golpista presidenta Añez, nació en los cuarteles y amamantada por Luis Almagro y su ministerio de colonia, y al tratarse de un parto prematuro, así mismo terminó, y todo el mundo sabe que cuando la partera es mala ¿a quién culpa?



