REFLEXIONES: Ejercicio espiritual para las adolescentes


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Hola, amigas, ¿qué tal? Vamos a soñar un poco y a darle rienda suelta a nuestra imaginación, de esta manera haremos contacto directo con Dios.
Imagínate que un ángel se te aparece en tu habitación, te dará terror, claro está, en este mundo moderno todo es alucinaciones, presencia del demonio, problemas mentales y situaciones de estrés, nadie te va a creer, pasarás a formar parte de los pacientes de psiquiatría, pero el ángel te infunde paz, te quita el miedo, te deslumbra, te deja en éxtasis, sin drogas, y te habla.
“Tú vas a ser la nueva María del nuevo siglo, el Señor tu Dios ha decidido volver a la tierra para reivindicar al nuevo mundo y darles una oportunidad a los hombres, quedarás embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo y darás a luz de nuevo a Enmanuel (Dios con nosotros).”
Que tu respuesta sea: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí tu voluntad”, ¿lo estás pensando, estás haciendo el ejercicio?, cierra tus ojos e imagínate esta escena.
Burlas, bullying, psiquiatras, pues nadie te va a creer, ni yo mismo que estoy narrando esta experiencia, sin embargo, insisto en que hagas el ejercicio, en que converses mentalmente con tu ángel guardián, que hagas silencio y escuches en tu interior, en tu mente y corazón lo que te quiere decir el Padre en este adviento.
De igual manera Él te está escogiendo para decirte que te quiere pura, que la castidad sí existe, que no puedes estar teniendo experiencias sexuales a destiempo, que naciste para ser mujer, que la maternidad es hermosa y que nunca jamás debes interrumpirla.
Dios te está escogiendo en este momento para decirte cuánto te ama, que no estás sola, y que si necesitas consuelo no lo busques en la cama en los brazos de un hombre, que nos seas promiscua, que seas pura como la Inmaculada Concepción de María.
Víctor Martinez ha querido mostrarte que tú sí vales mucho, que Dios te ama de manera incondicional y que te quiere a su lado, Él te perdona sin importar lo que hayas hecho, pero quiere que no vuelvas a pecar, que elijas el camino de la santidad, que no te dejes utilizar y que actúes como una verdadera María, con pureza y dignidad.
Hasta la próxima.




