La cultura, aquí, allá por doquier
Adquirir nuevos conocimientos, asimilar otras culturas, se podría lograr en cualquier lugar que se visite, siempre y cuando se tenga la voluntad.
Sin embargo, quienes buscan obtener una cultura más universal, confrontan la brújula y caen en Europa, en especial, en Francia e Italia.
Es probable que la enigmática cultura del lejano Oriente, ofrezca algo distinto a quienes buscan en el pasado, eso que el inmediatismo bloquea, lo que motiva la curiosidad de un buen periodista por descubrir lo desconocido.
Al resultar tan amplio el renglón cultura, algunos se alimentan de ella, hurgando entre fósiles, en tumbas del medio Oriente, como los arqueólogos, en tanto otros continúan la senda trazada por dogma, en la denominada tierra santa, donde el dogma de una cultura religiosa, hace causa común con un fusil magistralmente manejado.
En una Europa de bohemios, sentarse en un restaurante a saborear un café, podría ser una fuente para quienes trabajan la cultura.
Mientras, preguntamos, ¿cuántos presidentes de origen haitianos, españoles y hasta cubanos, ha tenido nuestro país?
Ahora bien, ¿por qué no adentrarse en México, donde varios dialectos de aborígenes se niegan a aprender castellano (más de 50 lenguas nativas, y nada de español)?
Aquí mismo, buscar en el pasado, en la historia que ocultan, un agudo investigador se sorprendería al encontrar lo que otros silenciaron.
