REFLEXIONES: Hablemos del Islam

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? El Islam nos enseña que la salvación se alcanza a través de la adoración a Dios solamente. Ellos piensan que, si una persona cree en Dios, se comporta según sus mandamientos, podrá alcanzar la salvación eterna, esto si la adoración es sincera.
El Islam tiene la creencia de que los seres humanos nacemos todos sin pecado y estamos inclinados de manera natural a adorar solo a Dios, sin ningún intermediario.
La humanidad debe seguir los mandamientos divinos y esforzarse en ser puros y llevar una vida recta. Si uno cae en un pecado, todo lo que necesita es arrepentirse sinceramente y buscar el perdón de Dios. Cuando una persona peca se aleja a sí misma de la misericordia de Dios, pero el arrepentimiento sincero lo regresa a la persona a Dios.
Para la Salvación teológicamente hablando, debe haber un rescate espiritual del pecado y sus consecuencias, que en el Cristianismo está asociada con la redención y la expiación de Jesús. La salvación en el Islam es un concepto muy distinto, rechaza algunos de los principios básicos del Cristianismo y afirma claramente que la salvación solo se logra a través de la sumisión al más misericordioso, a Dios, ofreciendo la liberación del fuego del infierno.
Según la doctrina cristiana, la doctrina del pecado original afirma que los seres humanos nacen ya manchados por el pecado de Adán y, por lo tanto, separados de Dios, y que necesitan un redentor. El Islam, por otra parte, rechaza el concepto cristiano del pecado original y la noción de que la humanidad nace en pecado.
La idea de que bebés o niños inocentes son pecadores suena completamente absurda para un creyente que sabe que el Islam trata del perdón original, no del pecado original. El ser humano, según el Islam, nace en estado de pureza, sin pecado y con una inclinación natural a adorar y alabar a Dios. Sin embargo, los seres humanos también tienen libre albedrío y por ello están en capacidad de cometer errores y pecados, incluso grandes maldades.
Y como Víctor Martínez respeta el libre albedrío que Dios ha dado a todos, les dejo de tarea sacar sus propias conclusiones, aunque mañana seguiremos.
Hasta la próxima.




