REFLEXIONES: Paz en medio de la tormenta
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Cuando tenemos grandes problemas, preocupaciones, angustias, y la situación está algo convulsionada por alguna causa, nos llenamos de miedo, llevamos intranquilidad a nuestros hogares, las cosas se tornan difíciles y acostumbramos a decir que nos estamos hundiendo, nos estamos ahogando, estamos sucumbiendo.
Es precisamente lo que nos trae la Palabra de Dios en el libro de Job, que tantas pruebas difíciles pasó, pero nunca perdió la fe en su Señor, quien le dice comparando la situación con una gran tormenta: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas”.
“Pero tal como nos dice el salmo 106 de hoy: Gritaron al Señor en su angustia, y los arrancó de la tribulación. Apaciguó la tormenta en suave brisa, y enmudecieron las olas del mar. Se alegraron de aquella bonanza, y él los condujo al ansiado puerto. en gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres.”
Es por esto por lo que debemos dar gracias al Señor, porque es eterna su misericordia y el siempre nos va a librar de las angustias, cuando elevemos nuestro grito de auxilio, pidiéndole arrancar la tribulación que nos aqueja.
Tal como le dice san Pablo a los Corintios si tenemos fe y somos de Cristo somos criatura nueva. Tenemos que cerrar las tormentas de los mares, lo que pasó, pasó, pues lo antiguo ha pasado, dejemos atrás todo lo negativo, desagradable, traumático, pues quien tiene a Cristo comienza una vida nueva.
No importa que tan grande sea la tormenta, asumamos las situaciones sin perder la paz, como nos narra el evangelio de san Marcos 4, no seamos cobardes, tengamos fe, que, si Dios estás con nosotros, quién o qué contra nosotros.
Hasta la próxima.
