REFLEXIONES: La Virgen del Buen Pastor
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? En Nuestro colegio El Buen Pastor del Evaristo Morales, este indigno servidor del Señor Víctor Martínez, director y propietario, decidió hacer una gruta dedicada a la Madre de Dios, a María Santísima.
La arquitecta Alexandra García Godoy y la ingeniera Elba Jiménez, madres del colegio, se encargaron de su construcción, recuerdo que Enzo Bonarelli nos donó la imagen, no para adorarla, sino para recordar a la Madre de Jesús y enseñar a nuestros alumnos a amarla y respetarla.
El día de la bendición de la gruta, por nuestro querido Monseñor Pepén, gran devoto de la Virgen, una niña de preescolar se introdujo una bolita de un ábaco por la nariz y tuvimos que salir para la clínica, horas pasaron y la misma se pasó a su pulmón.
Los médicos me comunicaron que había que operar de emergencia a la niña, mientras la preparaban, regresé al colegio, al acto de bendición de la gruta, para volver.
Recuerdo que le expliqué a Monseñor Pepén lo que estaba sucediendo, y me respondió: “No te preocupes vamos a pedirle a la Virgen que interceda por la niña, para que todo salga bien”, iniciamos la bendición y en el momento de la petición de labios de Monseñor, aquella criatura empezó a estornudar, en la clínica y para sorpresa de los médicos, expulsó la bolita.
¿Coincidencia?, no, fue un milagro que nos concedió, la Virgen del Buen Pastor, como le llamé desde ese momento, aquella a quien hay que pedir cuando algún menor se encuentre en una situación delicada de salud y necesite su pronta recuperación, ella cuida de las ovejitas del Señor e intercede por ellas.
Todas las vírgenes son María y le llamamos de diferentes nombres según el lugar de aparición o la circunstancia que aconteció en el momento.
Viva la Virgen María, Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, y por quienes no creen en ti, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
Hasta la próxima.




