REFLEXIONES: A propósito de la oración
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Ayer reflexionamos acerca de orar sin cesar, no sé cuántos han descubierto el poder de la oración en sus vidas, pero Víctor Martínez de los innumerables testimonios que tiene acerca de la oración, solo te dirá que es ella la que aún me mantiene venciendo obstáculos y sintiéndome privilegiado, por la felicidad que Dios me da.
La oración es tan sagrada y efectiva que jamás podré entender cómo unos padres no enseñan a sus hijos a orar, a conectar con Dios, a amar a Dios sobre todas las cosas, desde temprana edad.
No me explico cómo Dios pone en tu corazón la vocación sagrada de ser educador y tu eres capaz de poner en fila a cientos de estudiantes todas las mañanas a izar la bandera, en una escuela y no pones en las mentes y corazones de tantos menores que pasaran años en tus manos, la presencia de Dios con una simple y sencilla oración, dándole gracias por el nuevo día.
Dios te va a reclamar por tu indiferencia y por haber perdido la oportunidad de evangelizar sutilmente a tantos inocentes, entre los cuales hay quienes están ahí sufriendo, a veces por los problemas de sus hogares o personales y que un diálogo breve, una invocación, elevar su mirada cada mañana al Padre, podría incluso salvar sus vidas.
Recordemos que en Mateo 19:14 Jesús nos dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”.
¿Voy a ser yo piedra y estorbo para que esos niños y adolescentes escuchen hablar de Dios, o atenderé al llamado que hoy el Creador me ha hecho con estas palabras y empezare a mostrar a mis hijos, a mis estudiantes, que hay un Dios aquí en la tierra, en el cielo, dentro de nosotros, que podría darte toda la felicidad del mundo? Allá tú y tu conciencia.
Hasta la próxima.
