REFLEXIONES: Tatuajes

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Siempre he sido muy respetuoso del ser humano y si algo he aprendido es a quedarme callado cuando en algunos ambientes se empiezan a debatir temas que tienen que ver con política, religión, creencias personales, asuntos esotéricos o a poner en dudas la existencia de Dios y del mal, tengo mis razones muy poderosas para callar.
Hoy he querido hablar acerca de los tatuajes, pues varias personas en diversas oportunidades me han pedido referirme al tema.
Una persona podría sentir la necesidad de subrayar su propia identidad, sobre todo frente a situaciones en las que su autoestima ha estado bien afectada y necesita de alguna manera sobresalir y sentir que existe y es única. Otros desean dejar un momento determinado de su vida, sea una herida o un momento feliz, grabado como un recuerdo permanente.
En las relaciones, entre dos amigos con identidad sexual oculta, desean hacerse el mismo tatuaje en el mismo lugar, como señal de unión para toda la vida, igual sucede entre parejas de enamorados.
Otros piensan que están enriqueciendo estéticamente su cuerpo y hay quienes para pertenecer a un grupo social tienen que tatuarse; también como respuesta a un daño emocional, el tatuaje es parte de aceptación de ese daño.
Los más introvertidos y tímidos tienen más tendencia a tatuarse para poder autodefinirse sin tener que mediar palabras, algo así como expresarse sin hablar.
En los menores, sobre todo los adolescentes, lo hacen en ocasiones por rebeldía, llevar la contra a los adultos, por estar a la moda o por situaciones de identidad sexual, al identificarse con alguien de su mismo sexo. Generalmente, ya de mayores se dan cuenta que fue una decisión tomada a destiempo y luego quisieran no haberse tatuado.
Todo esto sin señalar la parte de la salud por las innumerables enfermedades que podría contraer con esta práctica.
La Palabra de Dios nos dice en Levítico 19:28, “No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel”.
Víctor Martínez piensa que, quienes tienen una personalidad estable, armoniosa, definida, con buena autoestima, que no se dejan influenciar de las culturas, ni tendencias, ni amigos, ni redes, ni sienten la necesidad de sobresalir, conservando sus valores y principios de manera inquebrantables y aman las cosas de Dios por encima de todo, no sentirán la necesidad de estar inventando con sus cuerpos sagrados.
Hasta la próxima.