Marioneta de trapo

 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA Â
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz
“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no dirÃa todo lo que pienso, pero en definitiva pensarÃa todo lo que digo. DarÃa valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. DormirÃa poco, soñarÃa más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. AndarÃa cuando los demás se detienen, despertarÃa cuando los demás duermen. EscucharÃa cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutarÃa de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestirÃa sencillo, me tirarÃa de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma. Dios mÃo, si yo tuviera un corazón, escribirÃa mi odio sobre el hielo, y esperarÃa a que saliera el sol.
PintarÃa con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat serÃa la serenata que le ofrecerÃa a la luna. RegarÃa con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…
Dios mÃo, si yo tuviera un trozo de vida… No dejarÃa pasar un solo dÃa sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. ConvencerÃa a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y vivirÃa enamorado del amor. A los hombres les probarÃa cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le darÃa alas, pero le dejarÃa que el solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñarÃa que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres…
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo…»
VÃctor Martinez piensa que es este un impresionante artÃculo del ventrÃlocuo, Johnny Welch, que nos invita a pensar si somos una marioneta de trapo sin vida o si por el contrario estamos apreciando todas las cosas maravillosas que dÃa a dÃa Dios nos da.
Este mensaje ha llegado a ustedes como cortesÃa del arquitecto Marcelo Alburquerque.
Hasta la próxima.