Preparémonos para recibir al Espíritu Santo

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REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
A dos semanas de Pentecostés, debemos irnos preparando para recibir en nuestras vidas la acción del Espíritu Santo, la cual será derramada en nuestros corazones si nos disponemos a recibirlo con humildad.
Es este un acontecimiento real, verdadero, que muchos cristianos desconocen, pero que muchos podemos testimoniar, la existencia del Espíritu Santo en nosotros, vemos, por ejemplo, como la primera lectura san Pedro, de hoy, anima a los cristianos a dar razón de su esperanza y destaca el papel del Espíritu en el misterio pascual, constatando su intervención en la Resurrección de Cristo. El libro de los Hechos nos presenta a los apóstoles transmitiendo ese mismo Espíritu mediante la imposición de manos. Finalmente, es el evangelio de Juan quien nos muestra a Jesús despidiéndose de los discípulos y prometiéndoles que intercederá ante el Padre para que les envíe “otro Paráclito”, el mismo Espíritu Santo, para que se quede siempre con ellos.
Si revisamos Hechos de los Apóstoles 8, veremos cómo después de la muerte de Esteban, un buen número de cristianos tienen que huir de Jerusalén. Son ellos quienes difunden la fe en Samaría y en Siria. La persecución se convierte en instrumento de difusión y hoy se nos narra cómo esa proclamación es confirmada por el Espíritu Santo, que se manifiesta en «signos y curaciones.
En la carta de 1 Pedro 3, el texto de hoy se dirige a una comunidad que ha experimentado la persecución por su fe, animándoles en la perseverancia, asistidos por el mismo Espíritu que hizo que Cristo volviera a la vida.
Ya por último tenemos el mayor de los testimonios y promesa del Padre, cuando Juan en el Evangelio 14, nos muestra cómo las palabras de Jesús manifiestan hoy un tono tranquilizador, porque, si por una parte es necesario que él desaparezca, por otra nos promete no dejarnos en absoluta orfandad, pues nos enviará el Espíritu Santo.
Víctor Martínez piensa que es este un motivo más que suficiente para aclamar al Señor como nos dice el salmo 65 y prepararnos para recibir en nuestros corazones al Espíritu Santo de Dios.
Que así sea. Gracias a la Fundación Farach por permitirnos estas recomendaciones para recibir en nuestros corazones al Espíritu Santo de Dios.
Hasta la próxima.