Abinader tiene la última palabra en materia de seguridad…
La gente espera que el jefe de Estado saque de la Policía a todos aquellos personajes con olor a corrupción, crímenes y otras cositas

¡Actúe, Presidente!
Por la Redacción
Al observar la reacción del pueblo al vergonzante proyecto de reforma fiscal, el presidente escuchó y reculó.
Bien por escuchar la reacción y expresiones de un pueblo que con valentía lo catapultó al poder.
Atrás quedan en las ruedas de la historia los beneficiarios del desastre, los camaleones de siempre, tributos de la corrupción de un ayer que subsiste y expertos en nadar en aguas turbulentas.
Y aunque luzca difícil de digerir, el Presidente, al referir que no aspira a volver a optar para un nuevo mandato, encendió las ambiciones en su propia organización, la única entidad que estaba a favor del paquetazo fiscal, y que tarde o temprano tendrá que pagar por ese apoyo inhumano.
Rostros odiosos oscurecen ésta administración, en especial, quienes dirigen la seguridad a la aspiramos todos, seguridad que usted en diversas ocasiones prometió restablecer, pero hasta ahora, 4 años y meses después, únicamente crece la criminalidad y nos amenaza a todos.
Actualmente observamos un desborde delincuencial, y salvo el desconectado discurso y hábilmente maquillado del vocero policial… ¿Qué tenemos?
Los intercambios de disparos siguen su ruta crítica, al tiempo que crece el temor de la gente de salir a la calle, y lo hacen por obligación.
El presidente Abinader, tal y como abrió sus oídos a la población, que repudió hasta más no poder el paquetazo fiscal, también debe escuchar los clamores de un país, que ya no soporta más inseguridad ciudadana, que ya no se encuentra segura ni dentro de su casa, ni siquiera quienes viven cerca de la residencia presidencial, pueden expresar que persiguen, siquiera, un poquito de seguridad.
Y lo decimos, porque hace apenas unos días, delincuentes asaltaron una mujer próxima a la residencia del presidente Abinader.
El cambio de uniformes no transforma al hombre, ni menos la cámara adjunta, y si eso hace a la Policía «nueva». Y si lo que tenemos es una «nueva» Policía, pues que venga la vieja, la que estaba, desde el 1978 hasta el 2012, que esa resolvía, aunque no disfrutaba de los recursos y los equipos de la «nueva» Policía.
Podredumbre de la Policía
Hace falta que el Presidente tome el toro por los cuernos, que comience a sacar la podredumbre de la Policía Nacional, que tiene un olor sumamente desagradable.
¡Basta ya! de los crímenes, asaltos, despojos viales, a plena luz del día, los puntos de drogas por dondequiera, el caos en el tránsito, que ya sobrepasó su límite, el auge de los accidentes viales y la muerte de ciudadanos.
Aquí, la sangre corre todos los días, por dondequiera, y la Policía lo oculta, con el único propósito de maquillar sus estadísticas y tratar de que la población no se entere de lo que realmente sucede en materia de inseguridad.
A principio de esta misma semana, en Santo Domingo Norte, la Policía ejecutó a dos hombres e hirió a otros, delincuente o no, pero se ocultó la información, no trascendió a los medios, y menos a la población.
Aparte de todos estos acontecimientos, del gran temor por la imperante criminalidad y delincuencia, funestos para la población, se necesita algo más que el simple cambio de uniforme en la Policía.
Mejora salarial, pero no imagen
El presidente Abinader mejoró significativamente el salario de los policías, incrementó el número de unidades a la Policía, ha hecho posible que pueda notarse un “cambio, con sus grandes inversiones en la institución que es parte primordial en los afanes de garantizar la seguridad ciudadana.
Pero, todo esto ha fallado. Y ha fallado porque el presidente no ha sido capaz de agarrar el toro por los cuernos, y hasta este momento, su gestión, en materia policial y de seguridad, ha sido un gran fiasco.
Tal y como lo hizo valientemente, echando para atrás una reforma fiscal, que era repudiada por todo una población, con excepción de quienes disfrutan de las mieles del poder, el jefe de Estado, como le sugirió un político a otro hace unos años, ahora debe apretarse los pantalones.
Y aprestarse los pantalones para enfrentar con energía y valor a los delincuentes, iniciando con desinfectar a la Policía Nacional, sacando de esa institución el nauseabundo olor a podredumbre, chantaje, persecución y corrupción.

¡Ya basta! Quitelo
Ya el presidente Abinader cumplió con Guzmán Peralta, por el lío en se metió en la JCE, en febrero del 2020, pero no puede seguir castigando a la población, manteniendo este inepto al frente de la Policía Nacional, en detrimento de la seguridad ciudadana.
A lo interno de la Policía, y esto lo dicen los propios oficiales policiales, descontentos por los chantajes y extorsiones, está ocurriendo los mismos que ocurrió en la DIGESETT, en el Hospital de esa institución, en POLITUR y en el IPE, donde 4 auditorías, que fueron entregadas al presidente Luis Abinader y a otros organismos, detectaron serias irregularidades, que es lo mismo que decir graves actos de corrupción.
¡Sí! Están en poder del presidente Abinader, el hombre que se vendió a este país, diciendo que enfrentaría la corrupción y la impunidad, y que lamentablemente, hoy es cómplices de todas esas atrocidades, de los desfalcos de los recursos del Estado que, en su gobierno, fueron entregados a organismos policiales.
Ahí están las pruebas, si se extraviaron los resultados de esas auditorías, RI las tiene protegidas en tres lugares diferentes, a disposición del presidente Abinader, y de aquel personaje que se atrevió a hablar de demanda, y que nos dejó triste, con el madero al hombre, porque reculó y no nos dio la oportunidad de desenmascararlo ante un país sediento de castigo para los corruptos.
Por ahora, lo que importa es que el presidente Abinader escuche al pueblo, tal y como lo hizo con el bombazo fisca… que continúe escuchando, y ahora elimine el repulsivo olor a corrupción a lo interno de la Policía, y que mañana el país pueda decir, el presidente escuchó y la inseguridad ciudadana, disminuyó.



