Audio: De lo que guardas en tu corazón, habla tu boca
REFLEXIONES...

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Muchas veces confirma Jesús con su autoridad lo que la sabiduría humana y el sentido común consideran ya como virtudes: el respeto a los demás, la prudencia, la discreción.
El libro del Eclesiástico habla de la relación entre lo que uno es y lo que dice o hace empleando un dicho sapiencial y una imagen de la naturaleza. El salmista insiste con otra imagen agraria para mostrar que los frutos del justo serán espléndidos y duraderos. Todos ellos, al final, coinciden en afirmar que nuestro modo de actuar manifiesta nuestro modo de ser. Luego vemos, como dice San Pablo, que Dios no dejará sin recompensa nuestra fatiga, invitándonos a trabajar siempre para el Señor sin descanso.
Debemos ser personas buenas, sensatas, que demos gracias a Dios siempre, y seamos capaces de actuar con justicia, proclamando la misericordia y fidelidad del Señor, pues solo así creceremos como la palmera y nos alzaremos como un cedro del Líbano, plantado en la casa del Señor, tal como nos lo dice el salmo 91.
Dichosos quienes en la vejez puedan continuar dando frutos, sin maldad y proclamando al Señor, pues estarán lozanos y frondosos.
Para cumplir con todo esto, tenemos que renunciar al pecado, pues el aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la Ley, como nos lo dice san Pablo, sin embargo, Dios puede darnos la victoria sobre la muerte por nuestro Señor Jesucristo, son estas las razones por las que tenemos que mantenernos firmes y constantes, glorificando a Dios en todo lo que hacemos.
Tenemos que ser auténticos, transparentes, actuando conforme a lo que predicamos, a lo que decimos que somos, pues, aunque no podemos dejar de ser pecadores, por nuestra condición humana, sí podemos luchar contra el pecado y tratar de ser cada día mejor persona, evitando dañar al prójimo.
Víctor Martínez está convencido de la efectividad de reconocernos pecadores, de vernos a nosotros mismos, tocar fondo aceptando nuestras limitaciones, en vez de estar juzgando y viendo los fallos de los demás, San Lucas 6 nos lo deja muy claro:
“¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo», ¿sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano”. Y es que, “No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano”. “Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos”. “El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”. Todas estas son Palabras del Señor.
Es tan sencillo, ¿vives criticando, juzgando, murmurando al otro, y tú? ¿Por qué tirarle piedras al que está trabajando y consagrado a las cosas de Dios, al que es bueno y vive haciendo obras de caridad y ayudando al prójimo? ¿Tú por qué no lo haces? Cuidado con tu boca, con tus palabras, con tus juicios, porque de lo que hay en tu corazón, habla tu boca.
Gracias a Matilde Farach por permitir que cada domingo la Palabra de Dios llegue a los corazones de miles de personas por el mundo entero.
Hasta la próxima.