El jefe de la PN vive hablando mentiras, desinformando al Presidente
¡Cógelo, Picante! La Procuraduría debe investigar por qué mataron a Bryan en SDN, donde era un poder en la Policía
Buenos días…
Entre quienes combaten, tanto s la delincuencia como a las ejecuciones o asesinatos policiales, se escucha con frecuencia el dicho de que: “Está bien muerto, pero mal matado”.
Tal vez eso fue lo que ocurrió con Bryan Alberto Suero, de 23 años, el pasado sábado 3 de mayo, en el sector Herrera, de Santo Domingo Oeste. Bien muerto, porque era un delincuente, pero mal matado, porque se trató de un asesinato.
Fue un asesinato vulgar, en presencia, incluso, de niños. Y eso no puede permitirse. Además, una vez más el director de la Policía, Ramón A. Guzmán Peralta, miente al país al afirmar que ese joven «cayó» al “enfrentar” a la Policía. Es un mentiroso. ¡También desinformó al presidente Luis Abinader? Es posible.
Guzmán Peralta, recuerden, también mintió cuando sus tropas asesinaron a dos militares y a un agente de la DNCD, en una cabaña del 12 de Haina. Todo el mundo vio que fueron capturados vivos, pero él dijo que cayeron en un «enfrentamiento a tiros». ¡Mentiroso!
Por cierto, si realmente existe un Ministerio Público independiente en este país, ese organismo debe investigar y establecer la verdad, y nada más que la verdad, sobre la muerte de dos micro traficantes en Santo Domingo Norte, el 23 de febrero de este mismo año.
Nos referimos a «Bryan» y «El Gago». De «El Gago», lo único que sabemos es que era un capo al servicio de un tal «Mananán», que uno de los individuos más poderosos del microtráfico en Santo Domingo Norte.
«Bryan» era el brazo derecho de «Mananán», con fuerte relación entre policías. Y nos informaron que lo mataron para cerrarle la boca, para que no hablara. Tenía excelentes relaciones con un asistente del director general de la Policía. Era un poder dentro de la Policía en SDN, y lo mataron para callarlo.
Fue «Bryan» quien puso a circular el audio que denunciaba las negociaciones del tal «Popito» con agentes policiales, y eso lo sabía la Policía. Fue él quien entregó el vehículo al coronel en SDN, que le regaló «Mananán». Era él quien repartía dinero entre policías, pero ya había sido desplazado a un segundo plano, y no por su banda. En el microtráfico, ahora es otro gallo quien canta en SDN.
Esos tres casos se suman a una larga lista de incidentes que han encendido el debate sobre la falta de transparencia en las actuaciones de la Policía Nacional. Y el cómplice de eso es el propio presidente Abinader, por no introducir los cambios necesarios en la Policía.
Las versiones oficiales, sobre incidentes violentos o ejecuciones, especialmente las de Guzmán Peralta, cada vez menos creíbles por la circulación de videos y testimonios de testigos.
No se puede seguir mintiendo, porque la verdad siempre sale a la luz. Y en este gobierno de Luis Abinader se hablan muchas mentiras.
Presidente Abinader, es necesario realizar una revisión a fondo de los procedimientos y protocolos utilizados por sus fuerzas de seguridad. Su gobierno ha sido un fiasco en materia de seguridad y en casi todas las áreas.
Presidente, hasta el ministro de Salud Pública es cómplice de las ejecuciones extrajudiciales. Ese señor calla y oculta la verdad cuando la Policía dice que Bryan Alberto Suero murió mientras era intervenido en un hospital público, siendo esa versión una vulgar falacia. Todo el mundo vio que lo mataron y lo tiraron como un animal en una unidad de la Policía, en presencia de ciudadanos y vecinos que pedían a gritos que no lo mataran.
Este país quiere saber cuál es el compromiso que tiene Abinader con Guzmán Peralta, quien incurre en ejecuciones extrajudiciales y no es destituido. Que incurre en actos de dolosos y no es destituido. Que le miente al país, y al propio Presidente, y lo mantiene en su puesto. Que se burla de la sociedad, incluso construyendo más obras que el propio gobierno, y nada pasa.
Permítanme no creer en eso de que la Policía interrumpió una iglesia evangélica para llevarse las bocinas. Eso no puede ser verdad. Si ocurrió, confirma lo que dice todo el mundo en la calle, que estamos transitando por una vía tenebrosa, que vamos rumbo hacia una dictadura.
Si el presidente Luis Abinader no quiere el uso de bocinas, debe prohibir su venta y su importación, tal como lo hizo el pasado gobierno con la Hookah.
La ministra de Interior y Policía, la faraona Faride Raful, debe establecer como política de seguridad pública y ciudadana, que la Policía ataque los puntos de droga en los barrios, y no permitir que ocurra lo que está pasando en Los Pabellones de Pedro Brand y en muchos otros sectores del país. Eso es una vergüenza.
Lo del «negrito» que fue apresado por agentes de la Policía Municipal en San Francisco de Macorís es un abuso y una vergüenza. La gente dice que lo querían atracar, pues lo primero que hicieron fue revisarle el bolsillo. La Policía Municipal no está para eso, tiene una misión específica. No son agentes de Migración, y si no lo cancelaron, el alcalde de SFM, Alex Díaz, es cómplice de esa fechoría.
Recuerden que dos policías municipales del Ayuntamiento de SFM se hacían pasar por agentes de Migración y fueron apresados en Las Guaranas, acusados de extorsionar y despojar a trabajadores haitianos de sus pertenencias y dinero.



