Las redes se convierten en trampas para tiburones corruptos y mentirosos
¡Cógelo, Picante! Las redes sociales, que antes eran aliadas, hoy constituyen un peligro público para la moral de forajidos y otros tramposos.

Buenos días…
Lo que antes fue el arma de combate de la oposición -encabezada entonces por el PRM y su candidato presidencial Luis Abinader-, hoy se ha convertido en su peor pesadilla. Las redes sociales, que tanto les beneficiaron, ahora son su dolor de cabeza.
Lo que los medios tradicionales no se atreven a decir, estalla en las redes. Sin control.
Lo que el gobierno del PRM, encabezado por Luis Abinader, quiere mantener oculto, termina saliendo a la luz pública por medio de las redes sociales.
Ahora intentan silenciar, incluso lo que declaró Roger Stone, ex asesor del expresidente Donald Trump, sobre que funcionarios del actual gobierno dominicano están siendo investigados por el Departamento de Justicia de EE.UU. Stone debió ser más preciso: también los investiga la DEA, el FBI y la CIA.
El gobierno de Abinader no quiere que se hable ni de corrupción, ni de prevaricación, y mucho menos de narcotráfico.
Lo que dijo Huchi Lora -y esperemos que no intenten justificarlo como un video generado por inteligencia artificial-, de que el PRM es el campeón del narco-político, es una vergüenza nacional. Y eso es precisamente lo que se quiere esconder.
Tampoco se habla con la verdad sobre lo que está ocurriendo en la frontera dominico-haitiana. La situación es extremadamente delicada, con la presencia de bandas terroristas haitianas operando a escasos metros del territorio dominicano.
Abinader, quien no dudó en utilizar el tema haitiano para hacer campaña y mantenerse en el poder, ahora se muestra preocupado. ¡Y ojo, dominicanos!
Pero el principal responsable del caos haitiano, que ahora representa una amenaza para República Dominicana, es el propio presidente Abinader, quien ha sido aliado de personajes vinculados con el crimen y el patrocinio de pandillas haitianas.
Ahí está el caso del poderoso empresario Gilbert Bigio, miembro de la élite económica haitiana, sancionado por Canadá, pero protegido por el gobierno dominicano. Y ahora los dominicanos tenemos que soportar esa situación. Eso es lo que no quiere que se diga por las redes.
Se ha denunciado hasta la saciedad que Bigio sigue financiando el terrorismo pandillero en Haití, y sin embargo, el gobierno de Abinader lo protege a él y a sus socios. Y son los soldados y ciudadanos dominicanos quienes pagan con su seguridad esa irresponsabilidad.
El gobierno no quiere que se hable de corrupción ni de inseguridad, porque el presidente Abinader y la ministra Faride Raful, siguen pretendiendo vender la reforma policial como un éxito, cuando en realidad ha sido un rotundo fracaso.
En los últimos 18 meses, el director de la Policía, Ramón A. Guzmán Peralta, ha sido seriamente cuestionado por actos dolosos, de corrupción y prevaricación, y aun así, sigue siendo protegido por el presidente. ¡Una vergüenza!
Hoy hay más asaltos y robos que nunca. Quieren ocultarlo con estadísticas maquilladas. Hay más ejecuciones extrajudiciales que nunca. Más escándalos en la “nueva” Policía. Desde la Presidencia, silencio absoluto. Corrupción, abusos y maltratos policiales son el pan nuestro de cada día, y el presidente no se das por enterado. ¿Y entonces…?
Desde la propia Policía, especialmente por personas cercanas al director, se protege el microtráfico, y también se dice que a ciertos narcotraficantes. Del microtráfico hay pruebas. De la protección a capos, no tantas, pero el presidente Abinader debería investigar esa situación, si en verdad quiere frenar el narcotráfico.
¿Qué pasó con el tal “Bryant” en Santo Domingo Norte? ¿Por qué lo mataron? Dijeron que enfrentó a la Policía, pero era un experto tirador entrenado por ellos mismos. ¿Cuántos policías salieron heridos? ¿Cuál fue la verdadera historia?
Aunque al gobierno y a la Procuraduría General no les interese esta información (¡escuchen el audio!), aquí va el detalle:
El tal Rubio, que era un sargento, sigue activo, pero nos cuentan que fue premiado, ahora es todo un oficial. Sean ustedes el jurado. A «Bryant» lo acusaron de traición por haber filtrado ese audio, y lo pagó con su vida. Y no fue él quien lo filtró.
Al presidente Abinader tampoco le inquietan otras irregularidades en la Policía: el reingreso de oficiales con historiales oscuros, con nexos al narcotráfico, o la venta de ascensos y los retiros por retaliación.
¡Atención, Faride Raful! Por favor, guarde silencio. Deje de cacarear sobre los famosos videos. Eso es un asunto privado, que debe resolverse en los tribunales. Dedíquese a su función pública, porque su gestión ha sido un verdadero fiasco.
Presidente Abinader: usted se presentó como un hombre íntegro, comprometido con la lucha contra la corrupción y la impunidad. Lamentablemente, debemos decirlo: ¡usted fracasó! A menos que reaccione. Aún tiene tiempo. Abra los ojos y permita que Yeni Berenice Reynoso actúe sin restricciones ni compromisos.
La denuncia de que en San Cristóbal los microtraficantes tienen en su nómina a oficiales de la Policía Nacional no sorprende a ¡Cógelo, Picante! Ya lo habíamos advertido: los famosos puntos de “Quico La Quema” siguen activos, muy cerca de donde siempre han operado, con nuevos rostros al mando.



