En la Casa Blanca, explotó el vientre de la cascabel

Cuando la ambición y el poder se juntan, el resultado corre a mayor velocidad que quienes evaden a Migración.
En realidad, se trata de dos poderes enfrentados: el del señor Elon Musk —de quien se dice es el hombre más rico del mundo— y el también multimillonario Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Entre ambos se han dicho cosas que, en nuestros países, la autocensura calla.
Según declaró Elon Musk, sin su apoyo, Donald Trump no habría ganado la presidencia.
Asimismo, el magnate ha sugerido la posibilidad de introducir un mecanismo legal para reemplazar a Trump por su vicepresidente.
Mientras tanto, y como suele ocurrir en discusiones de comadres, el presidente le recordó a Musk los contratos firmados a su favor durante esta administración.
Musk también ha dicho que el pueblo ha perdido la confianza en Donald Trump, y hasta un segmento de la prensa ha olfateado una posible aproximación del empresario a los demócratas.
J.D. Vance, el vicepresidente, es un hombre de absoluta confianza del mandatario. De ahí que el plan de Elon Musk —que busca se ejecute un impeachment (figura jurídica de EE.UU. para destituir al presidente)— podría carecer de apoyo en el Congreso, dado el poder cuasi absoluto que ostenta Trump.
Sin embargo, la sociedad norteamericana vive un duelo de gigantes en la cumbre del poder. Por tanto, se debe esperar una mayor definición en este enfrentamiento de fuerzas.
El lenguaje en las redes bordea las mismas características del utilizado en «repúblicas bananeras», presente tanto en administraciones demócratas como republicanas, donde el elemento ¡faldas! siempre ha estado presente.
La gran prensa de Estados Unidos, entre ellas The Washington Post y The New York Times, da seguimiento al enfrentamiento entre el multimillonario Elon Musk y el presidente Donald Trump.
¿Quiénes se beneficiarán?



