La gran prensa y las redes: ¡Mentiras y más!

En el maravilloso –y caótico– mundo de la comunicación, ¿quién dice la verdad? ¿Quién se atreve a no silenciar lo que incomoda? La respuesta, aunque molesta, parece ser: todos mienten. O, al menos, todos acomodan la verdad a su conveniencia.

¿En cuáles medios, por ejemplo, se ha dicho abiertamente que en el Estado “democrático” de Israel existe una censura total? Casi nadie lo menciona. Y eso que no estamos hablando de una dictadura. Pero si el mensaje molesta a sus aliados, mejor omitirlo.

Pongamos un ejemplo simple: cuando un conductor echa combustible, no enciende un fósforo. En algunas gasolineras, incluso, hay carteles que lo advierten con claridad: “¡Peligro: gas inflamable!”.

¿Por qué traigo esto a colación? Porque recientemente, Estados Unidos bombardeó objetivos en Irán, y dijo haber alcanzado tres plantas nucleares.

Si esos bombardeos hubieran impactado en áreas críticas o con residuos activos, el desastre no habría sido solo militar, sino ecológico y humano, afectando a miles o quizás millones. Sin embargo, ¿cuántas víctimas se reportaron? Casi ninguna.

Las autoridades iraníes admitieron daños menores y rápidamente reparables en los accesos a las instalaciones nucleares. Entonces, ¿fue un ataque real o una demostración simbólica?

Hoy, Donald Trump llamó a un “cese al fuego definitivo”. Pero, ¿quién responde? Irán no confía en él. Redobló su vigilancia y fortalece su respuesta militar, mientras Israel, debilitado política y estratégicamente, pierde margen de maniobra.

¿Aceptarán Israel e Irán este nuevo llamado a tregua propuesto por Trump, un presidente que apenas alcanza un 41% de aprobación en las encuestas y que, para colmo, ni los británicos respaldan en su ofensiva contra las instalaciones nucleares iraníes?

Y entonces, ¿en cuál de los líderes del mundo se puede creer?