Sin dudas, el petróleo es la prioridad de EE.UU. e Israel

La escalada del conflicto entre Israel y Gaza, sumada a lo que parece un cambio de nivel en la guerra ruso-ucraniana, revela una nueva dinámica global, pues Washington parece soltarle la mano a la Unión Europea y a la OTAN.
¿Quién decide activar la maquinaria bélica ahora contra Irán? La respuesta es clara: Israel, bajo el liderazgo inflexible de Benjamín Netanyahu.
Sin embargo, tras años de enfrentamientos con los palestinos en Gaza -utilizando armamento de última generación, salido en su mayoría de la industria militar estadounidense- Israel aún no puede cantar victoria. Entonces, ¿qué se podría esperar de un eventual ataque a Irán, una potencia con capacidad de respuesta letal y alianzas regionales activas?
Desde la óptica de las grandes potencias, el conflicto entre Rusia y Ucrania podría estar pasando a segundo plano. Y aunque Ucrania sea el granero de Europa, el Medio Oriente rezuma petróleo -el verdadero oro negro-, por lo que las administraciones estadounidenses históricamente priorizan los intereses estratégicos de Israel.
Predecir los próximos movimientos de Irán es arriesgado, especialmente con Donald Trump como uno de los principales respaldos de Netanyahu y sus políticas agresivas.
Lo cierto es que los vientos de guerra han cambiado de dirección y soplan ahora con un tono más amenazante, dejando atrás el sonido de los tambores de hojalata que apenas inquietaban el sueño del mundo.
Hoy más que nunca, los peligros de un conflicto regional con consecuencias globales están subiendo nuevos peldaños. El tablero ha cambiado. Y el petróleo sigue marcando el ritmo de los pasos.