AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Si asumimos la Palabra de Dios a título personal y la aplicamos a nuestra vida, no hay la menor duda de que seríamos verdaderos ciudadanos del cielo, con un lugar garantizado al lado del Padre.
Nos dice el evangelio de San Lucas 10 que, “La mies es abundante y los obreros pocos” o sea que, esos granos que recoger, en esos campos llenos de espigas, esas pajas que desechar y limpiar eran voluminosos y no tenían suficientes obreros para trabajar.
Ejemplo que nos señalaba el trabajo que les esperaba a quienes se dedicarían a predicar y llevar Su Palabra, advirtiéndoles que serian como corderos en medio de lobos, que los esperaban para devorarlos.
Al decir “vayan por el camino sin saludar a nadie”, la idea era, no se desenfoquen de quienes astutamente se acercarían a ustedes para desviarlos del objetivo sagrado de llevar la Palabra, vayan con sencillez, sin bolsa, ni alforjas (maletas, sacos), ni sandalias, he aquí un gesto de desprendimiento total de las cosas materiales, para darle lugar a lo espiritual.
“Paz a esta casa”, era la frase por excelencia que Jesús les indicaba para detectar que se movía en aquel lugar, pues si eran gentes de Dios, de paz, descansará sobre ellos la paz, irradiando el amor de Dios con la acogida a sus hermanos, pero… si en cambio, no lo eran, ese deseo de Paz recaería de nuevo en ustedes, era una especie de boomerang, la ley del boomerang, las acciones de las personas, pensamientos o sentimientos que se siembran, sean positivos o negativos, regresan a la vida de la persona y, en ocasiones multiplicados.
Si los acogen quédense en la casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario, o sea, quien se dedica a las cosas de Dios merece ser remunerado, favorecido con la acogida de quienes son elegidos por Él para apoyar el cumplimiento de Su Misión. (Aquí doy gracias a los Miembros de nuestra Comunidad de Amor). Les comparaba el Señor esta acogida con el reino, al decirles: “El reino de Dios ha llegado a ustedes”.
Pero ¿Qué sucede si te rechazan, te niegan la ayuda, te ignoran, si llegamos a una ciudad y no nos reciben?, nos dice el Padre: “hasta el polvo que se nos ha pegado en los pies, sacúdanlos sobre ellos, pero recuérdenle que el reino de Dios ha llegado”.
Víctor Martínez visitó su ciudad, para celebrar sus 60 años de Vida Apostólica y 40 años de Diaconado, y tal como nos dice la Palabra, al visitar mi antigua Parroquia para celebrar con mi hermano sacerdote, no me quedó más que sacudirme los pies y recordarle que, el reino de Dios había llegado y que Dios está en todas partes, también en Turquía.
Volví con alegría, tal como nos lo dice la Palabra de Dios, feliz, porque, tal como me reveló el Señor, mi Dios: “Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren: les he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada les hará daño alguno. Sin embargo, no estén alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo”. Palabra del Señor.
Hoy más que nunca, clamemos a Dios, Paz para el mundo.
Gracias a mi hermana Matilde Farach porque al pisar su casa y decirle Paz a esta casa, me acogió, me dio de comer y beber, y me ha apoyado en esta misión de llevar la Palabra por el mundo entero.
Hasta la próxima.
