Terror en 48 horas: Dos asesinatos y un tiroteo frente a un cuartel estremecen a RD
Violencia sin control, microtráfico, ejecuciones y enfrentamientos entre agentes evidencian el colapso de la seguridad en barrios dominicanos.

SANTO DOMINGO, R.D.
La inseguridad en la República Dominicana sigue escalando sin control, donde en menos de 48 horas, dos crímenes estremecen al país.
Un hombre acribillado en plena autopista Duarte y un joven desaparecido hallado muerto en Los Guaricanos, ambos casos con tintes de ejecuciones vinculadas a redes de microtráfico y violencia interpersonal.
23 disparos y drogas en la escena
La noche del miércoles 2 de julio, Ariel de Jesús Bueno Díaz, de 34 años, fue ejecutado a tiros en la autopista Duarte, e la provincia La Vega.
De acuerdo con fuentes policiales, el crimen tiene todas las características de un ajuste de cuentas del bajo mundo, posiblemente vinculado al microtráfico en la región del Cibao.
El reporte preliminar indica que Bueno Díaz se encontraba en una estación de combustible en Arenoso, La Vega, cuando fue recogido por dos individuos conocidos solo como «Pedro» y «Danny», ambos actualmente prófugos.
Minutos después, su cuerpo fue encontrado acribillado dentro de una yipeta Honda CRV negra.
En el lugar del crimen, la Policía Científica recolectó al menos 23 casquillos calibre 9 mm, un cargador de pistola Glock, un celular, anillos, dinero en efectivo y un recipiente con presunta cocaína y marihuana.
Su cadáver fue trasladado al hospital Luis Morillo King y luego enviado al INACIF, en Santiago, para autopsia.
La investigación continúa en medio de un preocupante incremento de crímenes ligados a estructuras criminales que operan impunemente en las provincias.
Horror en Los Guaricanos
En otro hecho que refleja la descomposición social y el deterioro de la seguridad ciudadana, y que está siendo investigado por las autoridades, es el caso del joven Luis Rafael Rosario Martich, de 20 años, hallado muerto el lunes en la noche, con un disparo en la cabeza, en un solar baldío del sector El Higüero, en Santo Domingo Norte.
Luis Rafael había sido reportado como desaparecido desde el domingo 29 de junio. Su cuerpo fue hallado con señales de ejecución y al lado, una gorra azul que será analizada como evidencia clave.
La Policía Nacional y el Ministerio Público arrestaron a Diego Rivera Jiménez, de 25 años, amigo cercano de la víctima, como uno de los presuntos implicados.
Otro joven involucrado, Jeffry Vásquez Disla, de 22 años, también conocido del fallecido, permanece prófugo con orden de arresto en su contra.
La víctima había salido de su casa a las 9:00 de la mañana del pasado 29 de junio, a bordo de un Kia Óptima negro, el cual fue posteriormente encontrado en el sector Perla Antillana, de Santo Domingo Este.
Tensión máxima en Invivienda
Como si no fuera suficiente con la criminalidad callejera, en el sector Invivienda, en Santo Domingo Este, se vivió una escena alarmante el pasado lunes cuando miembros de la propia Policía Nacional protagonizaron un tiroteo frente al Comando Regional Santo Domingo Oriental, dejando gravemente herido a un oficial de esa institución.
El hecho, que aún no ha sido aclarado por las autoridades, ocurrió en horas de la noche y en presencia de civiles.
Testigos afirman que todo comenzó por una discusión relacionada con un negocio propiedad del oficial superior involucrado en el incidente.
La gravedad del incidente pone en evidencia el nivel de descontrol y falta de disciplina dentro de la institución, socavando aún más la ya cuestionada credibilidad de la reforma policial.
La violencia crece…
Estos dos casos no son hechos aislados. Reflejan una realidad que se repite a cada momento en distintos puntos del país.
Las desapariciones se han incrementado en el país, algunas de las cuales terminan en tragedia, así como el microtráfico que avanza sin freno, especialmente en zonas vulnerables del Gran Santo Domingo y el Cibao.
Mientras tanto, el discurso oficial sobre seguridad ciudadana y “reforma policial” parece estar desconectado de la calle, donde reina el miedo, el sicariato y la impunidad.