Huracán Melissa causa estragos en el Caribe y apunta con furia hacia Bermudas
Melissa no ha sido el huracán más potente, pero sí el más dañino por donde ha pasado.

MIAMI
El huracán Melissa continúa su desplazamiento hacia el norte-noreste con vientos sostenidos de 165 km/h, dejando a su paso un rastro de destrucción, inundaciones y pérdidas materiales en varias islas del Caribe.
A las 5:00 de la mañana (hora del Este), el Centro Nacional de Huracanes (NHC) confirmó que el sistema mantiene su categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, con tendencia a fortalecerse levemente antes de alcanzar a Bermudas, donde rige una alerta de huracán.
De tormenta “cambiante” a huracán de alto impacto
Melissa nació como una tormenta tropical errática y cambió de rumbo y fuerza con rapidez. Tras golpear con lluvias torrenciales el sureste de las Bahamas, dejó un panorama de calles anegadas, viviendas destruidas y cosechas perdidas, especialmente en Long Island, Exuma y Acklins.
En República Dominicana y Haití, sus bandas exteriores causaron inundaciones súbitas, derrumbes de carreteras rurales y la evacuación de cientos de familias en las provincias del sur y suroeste.
Los servicios de emergencia dominicanos informaron que el fenómeno provocó más de 30 comunidades aisladas, desbordes de ríos y fuertes daños a la infraestructura eléctrica y agrícola, mientras que en Haití se reportan deslizamientos de tierra y cortes de energía en zonas montañosas.
En el mar, el oleaje superior a los 4 metros ha puesto en peligro la navegación entre Cuba, Turcas y Caicos y las Bahamas, mientras que en la costa norte de República Dominicana se mantiene la recomendación de suspender operaciones marítimas menores.
En la mira: Bermudas bajo alerta total
El NHC advierte que Bermudas enfrentará condiciones de huracán entre la tarde de este jueves y la noche del viernes, con ráfagas que podrían superar los 180 km/h, lluvias torrenciales y oleaje extremo.
Los aeropuertos de la isla han comenzado a cancelar vuelos y las autoridades locales ordenaron el cierre total de escuelas y oficinas públicas, además de la apertura de refugios comunitarios.
Daños acumulados en el Caribe
Melissa ha descargado hasta 40 pulgadas (más de un metro) de lluvia acumulada en algunas zonas de La Española, según estimaciones satelitales, generando las peores inundaciones del año en varias localidades del sur dominicano.

El paso de Melissa ha dejado:
- Más de 10 mil desplazados temporales entre Haití y República Dominicana.
- Cientos de viviendas afectadas o destruidas en el sureste de las Bahamas.
- Pérdidas agrícolas considerables en plátano, yuca y maíz.
- Oleaje peligroso y erosión costera en todo el arco norte caribeño.
Melissa frente a los gigantes del pasado
Con vientos de 165 km/h, Melissa se posiciona entre los huracanes más potentes de los últimos años en el Atlántico, aunque sin alcanzar aún la ferocidad de otros monstruos recientes:
- María (2017): categoría 5, devastó Puerto Rico con vientos de 280 km/h.
- Irma (2017): categoría 5, uno de los más intensos registrados en el Atlántico, con 295 km/h.
- Dorian (2019): categoría 5, arrasó Bahamas con marejadas de más de 7 metros.
- Lan (2022): categoría 4, golpeó Florida con más de 250 km/h.
Comparado con ellos, Melissa se ubica como un huracán de categoría media-alta, pero su trayectoria amplia y su persistencia lo han convertido en un sistema particularmente dañino por su capacidad de generar lluvias extremas y oleaje extendido.
La advertencia sigue
El Centro Nacional de Huracanes mantiene su vigilancia estrecha sobre el sistema y advierte que, aunque se espera un debilitamiento gradual a partir del viernes, los efectos secundarios seguirán afectando al Caribe y el Atlántico occidental durante el fin de semana.
“Melissa no solo deja agua y viento; deja pobreza y reconstrucción pendiente en cada isla que toca”, resumió un meteorólogo caribeño.
Melissa cambió de nombre, de rumbo y de carácter —de tormenta tropical a huracán implacable— y ahora pone a prueba la resistencia de Bermudas y la capacidad de recuperación del Caribe, un archipiélago acostumbrado al golpe, pero nunca resignado.



