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En RD, la PN perdió la brújula… y la “reforma” quedó enterrada en lodo

¡Cógelo, Picante! Sin depuración, transparencia y voluntad política, no hay reforma posible, y lo demás es puro maquillaje para la galería.

 

Buenos días…

¡Cógelo, Picante!La reforma policial, especialmente en países donde la confianza ciudadana está rota y los cambios están estancados, como en la República Dominicana, necesita un plan estratégico con pasos claros, medibles y sostenidos.

Aquí le dejo a los teóricos de la Policía, y del Gobierno,  10 puntos claves para una reforma profunda y real de la Policía Nacional:

1.- Depuración interna rigurosa

  • Evaluación de historial disciplinario, patrimonial y psicológico.
  • Expulsión inmediata de agentes vinculados a corrupción, narcotráfico o abusos.

2.- Formación integral continua y profesionalización

  • Academia policial con currículo actualizado en derechos humanos, resolución de conflictos y uso proporcional de la fuerza.
  • Inclusión de materias de ética, psicología comunitaria y gestión de crisis.

3.- Transparencia y rendición de cuentas

  • Publicación anual de estadísticas de operativos, sanciones, denuncias y resultados.
  • Fortalecimiento de la Inspectoría General con independencia real.

4.- Control civil y ciudadano

  • Creación de un Consejo Civil de Supervisión Policial que fiscalice presupuestos, operaciones y denuncias.
  • Canales directos para denuncias ciudadanas contra abusos, con protección a denunciantes.

5.- Reestructuración salarial y laboral

  • Sueldos dignos que reduzcan incentivos a la corrupción.
  • Seguro médico y pensiones reales para agentes y sus familias.

6.- Tecnología y trazabilidad

  • Cámaras corporales obligatorias en patrullas y operativos.
  • Registro digital de detenciones y traslados, evitando desapariciones o abusos.

7.- Cambio en el modelo operativo

  • Priorizar la policía comunitaria sobre el modelo represivo.
  • Patrullajes preventivos y acercamiento con juntas de vecinos, en vez de operativos solo punitivos.

8.- Fortalecimiento de la investigación criminal

  • Desligar la labor investigativa de la “represión de calle”.
  • Formación de unidades especializadas con analistas, peritos y uso de inteligencia moderna.

9.- Evaluación externa e internacional

  • Incluir asesoría de organismos internacionales y ONGs en seguridad ciudadana.
  • Auditorías externas periódicas que midan avances en reducción de delitos y abusos.

10.- Voluntad política real y sostenida

  • Compromiso del Ejecutivo, el Congreso y la sociedad civil para blindar la reforma de intereses políticos.
  • Establecer plazos y metas públicas para que la reforma no se quede en discursos.

Y recuerden que sin depuración, control civil, formación de calidad y voluntad política, ninguna reforma policial avanza. Se convierte en maquillaje.

Y que no se les olvide: sin depuración, control civil, formación de calidad y voluntad política, ninguna reforma policial camina… se queda en simple maquillaje barato.

Nosotros tenemos más que ofrecerle al gobierno del PRM y a Abinader para que monte una verdadera reforma policial.

Pero esa cúpula policial ni quiere ni puede. No tiene pantalones para pararse firme, ponerse en atención y decirle al presidente lo que en verdad se necesita para transformar de raíz la Policía Nacional.

¿Y saben por qué? Porque la transparencia brilla por su ausencia, la coherencia no existe, y esa cúpula no soporta una depuración seria y objetiva de sus acciones dentro y fuera de la institución.

Sí, fuera también… porque lo que se sabe de las casas y la vida privada de muchos de esos oficiales que hoy se venden como “santurrones” católicos… da miedo.

Pregúntenle a Guzmán Peralta por qué fue suspendido en 2010 y quién pidió su suspensión. Pregúntenle al director de Asuntos Internos por su expediente en violencia de género. Y pregúntenle al director de la PN en Santiago qué pasó en Cotuí cuando era capitán. ¿De qué se le acusó? Y hay otros.

El primer gran culpable del fracaso de la reforma policial no fue otro que el propio presidente Abinader, por hacerse de la vista gorda ante las auditorías de la DIGESETT, el Hospital de la Policía, POLITUR y el IPE.

Esos informes son una vergüenza nacional, sepultados en medio de una jodida campaña de marketing que vendió humo: la supuesta “reforma policial”.

La reforma de Abinader murió en un lodazal de corrupción, abusos policiales, ejecuciones extrajudiciales, asaltos y hasta violaciones sexuales.¿Ejemplo fresco? La famosa compra de pitos en la DIGESETT, una institución cuyo único “logro”, bajo este gobierno, ha sido engordar la lista de escándalos.

Mientras tanto…

  • Presidente, fracasó en su política económica. Tanto “black, black, black” y el dólar ya pasó los 64 y va camino al 65 por 1. El pueblo, se jodió.
  • Presidente, la ola de apagones está acabando con el país. Otro fracaso en su gobierno.
  • Presidente, tantas inversiones y el pueblo grita por agua potable.

Ahí mismo, desde Los Farallones en Pedro Brand, provincia Santo Domingo, denuncian que llevan casi cuatro semanas sin recibir ni una gota de agua. Antes llegaba miércoles y domingo… ahora, nada. ¡Una vergüenza!Mientras el pueblo sufre, ¿quiénes sí progresan? Los chiperos, que cambian de vehículo cada 15 días… y el microtráfico, que está viviendo sus mejores tiempos.

 

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