¡La reforma policial! después de la masacre de La Barranquita

Por Augusto Álvarez
El estruendo que sacudió a Santiago —y cuyo eco se expandió por toda la nación— fue la masacre de La Barranquita, ocurrida justo un día antes del fatídico 11 de septiembre.
De aquella tragedia quedaron dos grandes lecciones: los “intercambios de disparos” fueron suspendidos, y la tan mencionada reforma policial recibió heridas mortales.
El caso también puso al descubierto una cadena de mandos que, según las investigaciones, parece haber actuado con omisiones y silencios, dejando fuera piezas clave del engranaje institucional.
Tras la matanza, alguien dio la orden de “¡cuidado, no dejae evidencias!”, pero la pregunta sigue viva:
¿quién fue?
Porque mientras la tranquilidad ciudadana sigue dependiendo de esa misma cadena de mandos, la inseguridad sigue suelta y viva de risa.